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CAUSA ABIERTA

Casi 4 millones de bolivianos votan hoy para apoyar o rechazar nueva Constitución

Casi 4 millones de bolivianos votan hoy para apoyar o rechazar nueva Constitución

Más de 3,8 millones de bolivianos concurren este domingo a las urnas para expresar su apoyo o rechazo a la nueva Constitución impulsada por el gobierno de Evo Morales.

La nueva Carta Magna, que intenta consolidar las transformaciones radicales del presidente de centro-izquierda, debe ser aprobada con la mitad más uno de los sufragios.

Al mismo tiempo se preguntará a la población -en el marco de la reforma agraria propuesta en la Constitución- cuál debería ser la superficie máxima de tierras que puede acumular un ciudadano (5.000 o 10.000 hectáreas), ya que el Estado expropiará el excedente.

Se trata de la segunda votación que se celebra en Bolivia en seis meses. En agosto pasado, Morales obtuvo el 67% de los sufragios en un referendo revocatorio, un apoyo mucho mayor al que consiguió en las elecciones presidenciales de 2005 (54%).

La popularidad del mandatario y las divisiones dentro de la oposición de derecha, que rechaza la Carta Magna, apuntan a un probable triunfo del "Sí" este domingo. Así lo vaticinan la mayoría de las encuestas.

La nueva Constitución, que remplazaría a la vigente desde 1967, posee 411 artículos.

Permite la reelección presidencial por un período, da más poder a la mayoría indígena, define una serie de autonomías étnicas y regionales, consagra la nacionalización de los recursos naturales y promueve la reforma agraria.

El gobierno defiende su proyecto afirmando que reivindica a los indígenas y campesinos pobres, que considera que han sido oprimidos por una minoría durante mucho tiempo.

"Hay una deuda histórica con los sectores de la población que han sido perjudicados en la distribución de la riqueza y la tierra y han sido sometidos a formas de trabajo serviles y semi-esclavistas", dijo a BBC Mundo el ministro de Agricultura Carlos Romero, un hombre clave en la Asamblea Constituyente.

"Divide y discrimina"

Por su parte, los departamentos ricos del oriente boliviano rechazan la Constitución porque dicen que sienta las bases para que Morales se perpetúe en el poder, da al Estado demasiada injerencia en la economía y no les concede el grado de autonomía que reclaman.

Además, afirman que el documento es divisionista y discrimina a los blancos y mestizos a favor de los indígenas.

"Hay artículos que le dan privilegios a quienes tienen un origen anterior a la llegada de los conquistadores españoles y que hablan de la construcción de naciones indígenas dentro de una nación. Esto no contribuye a la unidad del país", se quejó ante BBC Mundo el ex presidente Carlos Mesa (opositor).

La Iglesia se unió a la campaña por el "No" porque, de aprobarse la nueva Carta Magna, el catolicismo dejará de ser la religión oficial de Bolivia.

Camino difícil

La convocatoria al referendo fue posible gracias a un inesperado acuerdo político alcanzado en el Congreso en octubre, en momentos en que las diferencias entre oficialistas y opositores eran muy profundas. Para lograr este entendimiento, el gobierno accedió a modificar decenas de artículos. Entre las principales concesiones aceptó una sola reelección presidencial por cinco años.

Esto significa que Morales podría mantenerse en el poder hasta 2014 si gana los comicios que se celebrarán en diciembre.

El país está en calma en la jornada del referendo, pero llegar a esta instancia costó numerosas vidas en violentos enfrentamientos.

Luego de que el oficialismo aprobara la Carta Magna en diciembre de 2007 sin presencia de la oposición, se produjeron disturbios en las calles de Sucre -sede de la Asamblea Constituyente- que dejaron tres muertos del lado de la oposición, además de centenares de heridos.

Los hechos más sangrientos ocurrieron en septiembre de 2008 en el departamento de Pando, donde fallecieron 13 personas -en su mayoría campesinos- durante choques entre simpatizantes y detractores del gobierno.

¿Más división?

Según los analistas, la disputa entre Morales y la oposición podría acentuarse si la Constitución pasa la prueba este domingo, porque la aplicación del documento requiere la aprobación de más de un centenar de leyes en el Congreso, en cuya cámara alta el oficialismo es minoría.

El propio vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, admitió a BBC Mundo que la reglamentación de la Carta Magna podría crear más problemas.

"Seguramente habrá tensiones, pero serán tensiones en la aplicación de un principio de igualdad", dijo.

En el cierre de sus respectivas campañas, el jueves, el presidente Morales y sus detractores intercambiaron duros ataques, lo que puso una vez más en evidencia la polarización que existe en Bolivia.

Esta división podría profundizarse por el hecho de que el mandatario ha amenazado con implementar la nueva Constitución por decreto si los legisladores opositores boicotean su reglamentación en el Congreso.



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