El policía que mató a su mujer y luego se suicidó asegura que la Guardia Metropolitana tiene una doctrina fascista
La carta dejada por el policía que mató a su mujer y luego se suicidó, desató la polémica en torno a la doctrina de entrenamiento a la que son sometidos los policías que engrosan las filas de la Guardia Metropolitana.
En horas de la madrugada de la víspera navideña, el cabo Jesús Méndez, tomó su arma de reglamento y mató a su mujer Mabel Beatriz Galván de tres disparos. Luego escribió una extensa carta, se vistió la camiseta del Club Nacional de Fútbol, apoyó la boca de la pistola Glock en su abdomen y apretó el gatillo, muriendo casi en el acto.
La carta era contundente: “no estoy loco, perdónenme, todo fue culpa del entrenamiento que me dieron en la Guardia Metropolitana. Ahora odio a los negros, odio a los judíos y también a los comunistas”.
El resto de la carta eran alusiones al club de sus amores y a algunos de sus familiares.
El contenido de la misiva, -escrita solo algunos segundos antes de quitarse la vida-, convulsionó a las autoridades policiales, especialmente al comandante de la misma, el inspector Walter Britos.
Compañeros del policía fallecido dijeron a Causa Abierta que si bien los entrenamientos son bastante duros, en ningún momento se hace referencia a ninguna clase de racismo o xenofobia por parte de instructores o superiores.
Lo cierto es que la Guardia Metropolitana quedó en tela juicio gracias a la misiva del policía que dejó en puño y letra estampado en un hoja "Tabaré" una supusta doctrina fascista donde se enseña a odiar a los negros, a los judíos y a los comunistas.
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