Un grupo brasileño jura lealtad al Estado Islámico a pocos días de los Juegos Olímpicos de Río

El próximo cinco de agosto empezarán los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. La cita se prepara con el máximo rigor por parte de las autoridades brasileñas, conscientes de que durante algo más de dos semanas los ojos de todo el mundo estarán puestos en Río. La seguridad preocupa y el Gobierno brasileño ha anunciado que desplegará un dispositivo sin precedentes para garantizar la paz durante los Juegos.

En este clima de refuerzo de la seguridad, un grupo brasileño ha anunciado su fidelidad al Estado Islámico. Según Site Intelligence Group, una organización estadounidense que lucha contra el terrorismo islamista, el grupo brasileño denominado Ansar al Khilafah Brazil ha comunicado este lunes a través de Telegram su decisión. El mensaje en árabe menciona directamente al líder de la milicia islámica, Abu Bakr al Baghdadi.

Se trata de la primera adhesión de un grupo extremista de Sudamérica al Estado Islámico. “El momento elegido es intencional, la adhesión tiene lugar poco antes de los Juegos”, comentaba Rita Katz, presidenta de Site Intelligence Group.

La preocupación por posibles atentados durante los Juegos de Río (del 5 al 21 de agosto) ha aumentado en los últimos días, sobre todo después de los recientes ataques con trasfondo islamista en Europa. La semana pasada, un extremista mató a 84 personas tras arrollar a una multitud en Niza. Otro atacante hirió este lunes a varias personas en un tren en el sur de Alemania. El Estado Islámico se ha atribuido ambos atentados.

Un país blindado ante posibles amenazas

El dispositivo de seguridad durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro será el mayor en Brasil hasta la fecha. En total se desplegarán unos 85.000 efectivos, el doble de los que hubo en los Juegos de Londres en 2012. Además, 55 países cooperan con las autoridades brasileñas, que no tienen experiencia en atentados terroristas como los que sí ha sufrido Europa.

Según medios brasileños, ya hay cuatro personas a las que se ha negado la acreditación para los Juegos después de que el Centro Integrado de Antiterrorismo (Ciant) para los Juegos Olímpicos detectara sus lazos con actividades terroristas.

Los cuatro sospechosos forman parte de una lista de cuarenta personas cuyas credenciales habrían sido denegadas por el Comité Organizador de los Juegos tras recibir alertas emitidas por agencias de inteligencia de otros países.