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CAUSA ABIERTA

Padre se reconcilia con su hijo homosexual… después de su muerte

Padre se reconcilia con su hijo homosexual… después de su muerte

Una curiosa nota necrológica está causando furor en las redes sociales. Se trata de un poema en el que un anciano, en primera persona, hace balance de su vida, de sus logros, y se apresta a entregarse a la muerte.

Ong Peck Lye, fallecido hace apenas unos días en la ciudad estado de Singapur, fue un niño muy pobre que supo encaminarse en la vida, hasta crear su propia fortuna. Casado como manda la ley y con tres hijos varones, Lye había dejado tras su fallecimiento a los 82 años una imagen de hombre apegado a su familia, buen padre, buen esposo y próspero empresario.

Sin embargo, no todo era armonía en el seno de su familia. La comprensión de la diferencia con respecto a sus seres queridos no era su lado fuerte. De ahí que en algún momento de estas últimas décadas, sus tres vástagos fueran impelidos a abandonar la casa.

El hijo mayor, Ong Tiong Hui, tuvo que hacerlo cuando declaró que se había convertido al cristianismo y que pensaba casarse con una extranjera, tras lo cual se mudó a Australia; y para el hijo menor, Ong Tiong Hou, las cosas fueron mucho peores, cuando confesó ante sus padres que era homosexual.

Sobre este último hijo de la dinastía Ong, se sabe que fue expulsado de casa a los 23 años y que  actualmente radica en Estados Unidos.

Según declaró el segundo de los hijos –quien redactó este sentido poema-obituario– al diario local The Straits Times, no se trata de un resultado de su imaginación, sino de las largas horas de conversación que tuvo con su padre, entonces aquejado por una demencia senil, durante sus últimos tiempos.

“Mi padre murió antes de que tuviera la oportunidad de pedirles a mis hermanos que lo perdonaran", apuntó Ong Tiong Yeow.

De manera que este poema que empieza “Yo, Ong Peck Lye, nacido en la pobreza y la incertidumbre”, habla de su ascenso en la vida, de “los beneficios de mi buen corazón” que “hacía llover sobre mi familia”, de sus errores como padre “tratando de ser tan humano como podía”, tras lo cual pasa a agradecer el trato recibido de sus seres queridos en sus últimos días: a la mujer “que se preocupaba por mis comidas y mis medicamentos” y al hijo “que cortaba mis cabellos y mis uñas”, y que calmaba sus pesadillas.

“Espero que mis hijos me hayan perdonado –dice casi al final del poema–, como yo los perdoné por no haberme perdonado”. Por último, en este emotivo obituario Ong Peck Lye declara “haberse atrevido a vivir”, como mismo ahora “se atrevía a morir”.

Entre las dedicatorias del poema, además de su esposa, hijos y nietos, aparece Gerald Cavalieratos, el nombre de la pareja de su hijo menor.

Como era de esperar, esta sentida nota, que hasta ha aparecido en no pocos medios de prensa tradicionales en Singapur, ha incentivado los ánimos y convocado nuevas expresiones de solidaridad con la causa homosexual, a muy pocos días del anuncio de nuevas medidas gubernamentales en detrimento de los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.
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