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CAUSA ABIERTA

Denuncian explotación de trabajadores en grandes marcas deportivas como Adidas, Nike o Puma

Denuncian explotación de trabajadores en grandes marcas deportivas como Adidas, Nike o Puma

Con la celebración de la Eurocopa de fútbol en Francia las grandes marcas amplían sus campañas publicitarias con el fin de multiplicar las ventas aprovechando la coyuntura.

Un informe publicado por el colectivo Ética de la etiqueta denuncia que las sumas destinadas por marcas como Adidas, Nike o Puma al patrocinio es dinero que dejan de pagar a los trabajadores que producen sus productos. Según su informe, varios fabricantes están dejando de producir en China porque consideran que el país se está volviendo demasiado caro.

En este sentido, una camiseta por la que el consumidor paga 85 euros apenas ha tenido un coste para la empresa de 5,85 euros en su producción. Las personas que la han confeccionado habrán recibido 65 céntimos de media por el trabajo. En cuanto al modelo de championes Nike Air Jordan, la multinacional habrá pagado una media de 2,4 euros a la persona que las ha cosido, mientras que esas zapatillas de lujo se venden por unos 140 euros.

De esta forma, el margen de beneficio de este tipo de transnacionales llega en muchos casos a 50 por ciento del precio de venta de unos championes de gama alta. Por contra, los trabajadores subcontratados –y los de las marcas de la competencia–, apenas perciben 2 por ciento de dicho precio. Según el informe, si se comparan los datos actuales con las cifras de 1995, se deduce que el salario no ha subido, mientras el precio de las zapatillas se ha duplicado, de media.

En el informe se recuerda que, tras los múltiples escándalos relativos a las condiciones en que se trabaja en las subcontratas de las grandes marcas, los tres fabricantes se presentan desde los años 2000 como buenos alumnos en lo que a las condiciones de trabajo de los empleados de la confección respecta y “han hecho de ello la prioridad de su política de responsabilidad social corporativa”. Pero esto no les impide perseguir por todos los medios un abaratamiento de los costes, incluida la remuneración de su mano de obra, en función de los beneficios que quieren sacar de sus productos.

“Para cada modelo, los fabricantes fijan el precio final al consumidor y después el margen que quieren obtener para conseguir un coste de producción máximo de su producto”, se precisa en el informe. “Después le indican a su proveedor las materias primas utilizadas, el origen, precio, así como el número exacto de minutos dedicados a la confección y lo que se destina a pagar a la mano de obra”. Los obreros no son más que una variable de ajuste en la larga cadena de concepción del producto, donde el marketing se lleva la mayor tajada.

Ética de la etiqueta denuncia que Nike, Adidas y Puma “se están dirigiendo a países donde los salarios están aún lejos de permitir a los trabajadores cubrir sus necesidades esenciales y las de sus familias”: son un 33% inferior al “salario vital” en Vietnam, a un 45% en Camboya y a un 50% en Indonesia e India.

(Caras y Caretas, con información del Observatorio de Multinacionales de América Latina)

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