Furia de Osvaldo en el Parque Central: Fumó un cigarro y se cruzó con los mellizos en el vestuario

Cuando parecía que podía empezar a encaminar su historia en Boca, otra vez todo empieza a desmoronarse. El camino de Daniel Osvaldo en el club parece signado por una maldición a la que él no deja de colaborar.

Anoche protagonizó dos escenas que generaron bronca en Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, lo que derivó después en un tenso intercambio puertas adentro.

Primero el jugador se retiró del campo de juego apenas terminado el partido, sin saludar a los hinchas que habían viajado a alentar al equipo a Uruguay. Y luego realizó declaraciones cargadas de ironía que crisparon aún más los ánimos.

En el medio, sobrevolaron versiones de que había prendido un cigarrillo en el vestuario. Más allá de su veracidad o no, lo concreto es que en el cuerpo técnico de Boca parece haber llegado a un punto de no retorno en su relación con él.

En el vestuario del Parque Central, pese al empate de visitante que le abre buenas posibilidades a Boca para avanzar a semifinales, el ánimo no fue el mejor. Los mellizos no se quedaron con las ganas de transmitirle su descontento a Osvaldo, luego de que en un testimonio que pareció irónico remarcó haber jugado sólo “cinco minutos” frente a Nacional, en su reaparición luego de 52 días.

Según las versiones que circularon este viernes, todo se agravó cuando Osvaldo prendió un cigarrillo en el vestuario. Siempre de acuerdo a esos rumores, los Barros Schelotto le recriminaron su actitud y convocaron a una reunión a los máximos referentes del plantel: el Cata Díaz y Carlos Tevez. Lo que con seguridad es cierto es que al momento de retirarse del estadio estuvieron juntos los mellizos y los dos jugadores.

Ahora el camino de salida para el delantero parece listo, aunque habrá que esperar para ver qué decisión se decide tomar ya con los ánimos más fríos. En ese sentido, para esta tarde se espera una charla importante entre el delantero y el técnico, en el entrenamiento en Casa Amarilla. Todas las miradas apuntarán hacia allí, en un momento que en los resultados podría ser bueno para Boca, pero al que el ruido externo lo vuelve mucho menos apacible de lo normal.