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CAUSA ABIERTA

Viaje de Obama a Cuba genera grandes expectativas pero "No es el Mesías", opinan muchos

Viaje de Obama a Cuba genera grandes expectativas pero "No es el Mesías", opinan muchos

Mientras La Habana se prepara para la visita de un presidente de Estados Unidos –en el pasado la pesadilla de un conflicto nuclear, la memoria de una invasión y en suspenso la retórica sobre el “enemigo del Norte”–, muchos son los intereses en juego y amplias las expectativas sobre lo que podría significar este viaje para el futuro de los cubanos.

El impacto de Obama en Cuba

Para la Administración, el objetivo es tornar “irreversible” el giro en la política hacia Cuba, acelerar el ritmo de las negociaciones y los cambios en Cuba, lo cual consolidaría el legado del Barack Obama.

“Queremos con fuerza hacer irreversible el proceso de normalización. Y parte de la razón para el viaje y para ir a principios del año, es utilizarlo para acelerar el proceso de normalización, para hablar directamente al pueblo cubano sobre la visión del Presidente de la normalización, y continuar creando oportunidades para estrechar las relaciones entre el pueblo estadounidense y el cubano”, explicó el artífice de esta visita, el asesor de seguridad nacional Ben Rhodes.

La gran semana de la visita de Obama en Cuba

Antes de que Obama ponga un pie en la isla, ya se están viendo resultados concretos. El Departamento del Tesoro y Comercio promulgó nuevas medidas para facilitar los viajes y el comercio y Cuba respondió anunciando que eliminará el gravamen del 10% al dólar, si comprueba que las restricciones al uso del dólar en sus transacciones internacionales, a través de bancos en terceros países, ya están permitidas.

La medida, cuando finalmente ocurra, tendría una gran repercusión, no solo para los viajeros estadounidenses, sino, sobre todo, para los cubanos que reciben remesas desde Estados Unidos, quienes pierden el 10% al convertirlas a la moneda local.

A este y otros ejemplos podría estarse refiriendo la Casa Blanca cuando presenta el viaje como culminación de una política de “empoderamiento” y mejoría de la vida del pueblo cubano, como insistentemente han explicado altos funcionarios estadounidenses en estas últimas semanas.

Artistas cubanos opinan sobre la visita del presidente Obama a la isla

La retórica no cayó bien en Cuba, al menos al nivel del discurso político. El jueves, el canciller Bruno Rodríguez sugirió al gobierno estadounidense que se ocupara de sus asuntos pues “el pueblo cubano se empoderó a sí mismo hace décadas”.

Aún más importante para Cuba es presentar la visita como una “victoria” y no una claudicación ante el otrora enemigo. Granma rápidamente comentó que el viaje de Obama desmonta el mito de que “Cuba viola los derechos humanos”. Con más fuerza, Rodríguez dijo, además, que su gobierno no negociará con Estados Unidos “de ninguna manera, la realización de cambios internos en Cuba” y mantendrá su solidaridad con el gobierno de Nicolás Maduro, a quien Raúl Castro recibió el viernes en La Habana.

La batalla verbal fue escalando en la semana y el viernes el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo a los periodistas que Obama volará en el Air Force One, llegará a la Habana y le dirá a Castro que “haga un mejor trabajo protegiendo los derechos humanos” del pueblo cubano.

Pero el discurso de la Casa Blanca no ha calado del todo en el Congreso, donde se encuentran algunas de las voces más críticas del “deshielo”, que insisten en que Obama ha dado mucho y obtenido poco, sobre todo en el terreno de los derechos humanos.

El senador Bob Menéndez, la congresista Ileana Ros-Lehtinen y hasta el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dedicaron esta semana palabras, no agradables, para cuestionar la visita.

Ryan recordó al Presidente que el embargo comercial aún es una legislación vigente y que no se puede olvidar que “el régimen de Castro es culpable de innumerables abusos de derechos humanos en décadas. Cientos de miles de cubanos han huido de la persecusión y encontrado asilo en Estados Unidos”.

Sin embargo, cabilderos que representan a compañías interesadas en hacer negocios en la isla, creen que, por fin, el viaje impulsará el movimiento en el Congreso, hasta ahora en su mayoría hostil a Obama y a la nueva política hacia Cuba.

“Creo que el viaje va a ser muy beneficioso para los esfuerzos de levantar el embargo en el Congreso”, opina James Williams presidente de Engage Cuba. La eliminación del embargo “se está viendo ahora en el Congreso como inevitable y estamos debatiendo qué tan rápido, no si se levantará el embargo. Es un cambio radical en un período muy corto de tiempo”.

A esta causa podría ayudar la veintena de congresistas que acompaña al presidente, entre ellos, la líder de la minoría democráta de la Cámara, Nancy Pelosi—que ya visitó Cuba hace un año—así como los representantes Kathy Castor y Tom Emmer, quienes presentaron un proyecto de ley a inicios del 2015 para eliminar el embargo.

También al Presidente lo acompañan cubanoamericanos que han jugado un papel activo en enfocar la política hacia el apoyo al sector privado en Cuba y en general, el empoderamiento de los cubanos. Ric Herrero, quien participó en una reunión con Obama en la Casa Blanca junto a otros cubanoamericanos el miércoles, aseguró que el grupo –en el que confluyeron personalidades tan diversas como Emilio Estefan, Jorge Mas, Carlos Gutiérrez y Carlos Saladrigas– sostuvo “una conversación franca con el presidente Obama sobre las esperanzas, sueños y preocupaciones de la comunidad cubanoamericana en este período de cambios”.

“Entre los puntos discutidos, le preguntamos al Presidente que articulara su visión de un futuro mejor para el pueblo cubano y entre nuestras naciones; que se dirigiera directamente a los jóvenes cubanos que están pensando en irse del país y les ofreciera una razón para quedarse y contribuir a esa visión. También se le pidió que resaltara la increíble utilidad que la comunidad cubano-estadounidense representa para el pueblo cubano en términos de recursos y conocimientos, y nuestro compromiso de desempeñar un papel constructivo en el presente y el futuro de Cuba”, explicó Herrero al Nuevo Herald.

En Miami, no obstante, persiste la oposición al cambio de política entre ex presos políticos, exiliados y otros sectores de la comunidad cubanoamericana. Organizaciones como el Presidio Político Histórico Cubano y otras, agrupadas en la Asamblea de la Resistencia Cubana, protestarán este domingo en Miami en una caminata desde el Monumento de Girón hasta la Casa del Preso, en solidaridad con la campaña #TodosMarchamos, por la liberación de los presos políticos en Cuba.

Organizaciones internacionales como Freedom House, también se han hecho eco de las demandas de exiliados y disidentes acerca de utilizar la oportunidad única que tendrá Obama de dialogar directamente con Castro y dirigirse al pueblo en un discurso televisado en vivo para “expresar su fuerte apoyo a los derechos humanos y la libertad genuina para el pueblo de Cuba”, dijo Carlos Ponce, director para los programas para América Latina de esa organización.

“Él debería dejar claro que a cambio de lazos políticos y económicos más fuertes, Estados Unidos espera una auténtica reforma, lo que incluye la liberación de los presos políticos, poner fin a las espurias detenciones preventivas, elecciones verdaderamente libres, y garantías para la libertad de asociación”, comentó.

En la isla, mientras tanto, la expectativa entre muchos cubanos de que el viaje del presidente norteamericano traerá una mejoría es tan alta, que le prensa oficial comenzó a advertir acerca del “anexionismo simbólico” que implica “pensar que, porque Obama viene a Cuba, la situación material de una parte grande de los cubanos va a mejorar”, según explicó un ensayista cubano a Cubadebate.

Pero no ha sido solo la prensa oficial la que ha cuestionado centrar todas las esperanzas en el viaje de Obama. En la revista digital OnCuba, el escritor Arturo Arango, lamentó que muchos vean en él otro “Mesías” salvador, lo que provoca una actitud de “brazos cruzados, de que venga otro, algo, a resolver mis asuntos”.

El Movimiento Cristiano de Liberación, fundado por el fallecido opositor Oswaldo Payá también rechazó las presiones de “quienes pretenden incluso emplazar a los cubanos para que nos definamos sobre la supuesta influencia que estas visitas tendrían sobre la sociedad cubana o sobre la visión de la realidad de Cuba que tratan de promover”.

Asimismo, en su boletín para presentar su quinto número, el sitio digital independiente Periodismo de Barrio, recalcó que “el 23 de marzo Cuba seguirá siendo Cuba y la fastidiosa cotidianidad obligará a quienes permanecen embelesados por su condición de testigos de ‘un momento histórico’ a volver a fijar la vista en la realidad” a la que luego calificó de “tormentosa”.

Mientras tanto, la Unión Patriótica de Cuba recogió en una serie de videos en su canal de Youtube, las opiniones de cubanos en el Oriente del país, en zonas rurales que Obama no visitará.

Muchos esperan que su visita origine cambios. Uno de los campesinos entrevistados le sugirió que escuchara al pueblo pues el gobierno le dirá “lo que a ellos les conviene. Tiene que tener un diálogo con el pueblo, ese es el que le va a decir la verdad”.

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