Blogia
CAUSA ABIERTA

El secreto de Alemania para ser la economía más sólida del mundo

El secreto de Alemania para ser la economía más sólida del mundo

Milagro de la posguerra, la "economía social de mercado" alemana superó los shocks petroleros de los 70 y 80, el golpe de la reunificación en los 90, la recesión mundial de 2008-2009 y la actual crisis de la eurozona.

Hoy se encuentra entre los tres primeros exportadores del mundo, tiene el crecimiento per cápita más alto del mundo desarrollado y un desempleo del 6,9%, a una distancia sideral de la media de la eurozona (11,7%).

Según el profesor Reint Gropp, presidente del Instituto Hall para la Investigación Económica (IWH) de Alemania, el modelo germano se diferencia claramente del anglosajón de Estados Unidos y el Reino Unido.

Pero, ¿qué lo hace tan particular? Y cuáles son las claves su éxito?

"Es un sistema basado en la cooperación y el consenso más que en la competencia, y abarca al conjunto del entramado socio-económico, desde el sistema financiero al industrial o al estado", le explica Gropp a BBC Mundo.

Cooperación y capitalismo

La llamada "economía social de mercado" tuvo su origen en la Alemania Occidental de la posguerra bajo el gobierno demócrata-cristiano del Canciller Konrad Adenauer y se mantuvo desde entonces como una suerte de política de estado.

Sebastian Dullien, economista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores alemán, coincide en que el consenso y la cooperación están presentes en todos los estamentos de la economía.

"En el centro se encuentran los sindicatos y la patronal que coordinan el salario y la productividad teniendo como meta el aumento real del salario y el mantenimiento del empleo. La integración es tal que por ley los sindicatos están representados en la junta directiva de la compañía a cargo de las decisiones estratégicas", le dice a BBC Mundo.

En el sistema financiero, las cooperativas financieras y los poderosos bancos públicos se encargan de que el crédito alcance a todos sin que importe el tamaño de la firma o su cercanía con un centro financiero.

Esta filosofía le permite superar una de las limitaciones del sistema anglosajón en el que las pequeñas y medianas empresas que, a diferencias de las multinacionales no tienen acceso a los mercados de capital, suelen tener dificultades para financiarse.

"Los bancos públicos de ahorro tienen claras reglas de juego. Por ejemplo, para favorecer el desarrollo regional pueden prestar a empresas en su zona, pero no de otra región. El gobierno tiene representantes en estos bancos que son fundamentales en la toma de decisiones. Un principio rector de su política crediticia es el mantenimiento del empleo", afirma Gropp.

"Mittelstand"

Este modelo está anclado en la historia germana.

La unificación nacional en 1871 bajo Bismark reunió a 27 territorios gobernados en su mayoría por la realeza que habían crecido aceleradamente y de forma autónoma durante la revolución industrial.

De este germen histórico surgen las Mittelstand (empresas pequeñas y medianas) que, según los especialistas, conforman el 95% de la economía alemana.

A diferencia del modelo anglosajón centrado en la maximización de la rentabilidad para los accionistas (objetivo de corto plazo), las Mittelstand son estructuras familiares con planes a largo plazo, fuerte inversión en la capacitación del personal, alto sentido de la responsabilidad social y fuerte regionalismo.

"Alemania es especialmente fuerte en empresas que tienen unas 100 o 200 personas. Con una característica adicional. A pesar de su tamaño, muchas de estas empresas compiten en el mercado internacional y son exportadoras", le dice a BBC Mundo Dullien.
Exportaciones

En efecto, Alemania ha estado entre los tres primeros exportadores mundiales en las últimas décadas, prueba de la eficacia de este sistema para competir a nivel mundial con productos tecnológicamente complejos y una fuerza laboral altamente calificada y bien pagada.

Mientras el comercio mundial está dominado por multinacionales que representan un 60% de todos los intercambios globales, en Alemania las Mittelstand conforman un 68% de las exportaciones.

El sector automotriz, de maquinarias, de equipos electrónicos y medicamentos se encuentran entre sus principales reclamos.

Y no son solo las Mittelstand.

De las 2.000 compañías de mayores ingresos planetarios, 53 son germanas, entre ellas marcas de larga tradición como Bayer, Volkswagen y Siemens.

Sin embargo en Alemania, como en cualquier otro lugar del mundo, "no todo es oro lo que reluce"
La recuperación del enfermo

En los 90, bajo el peso de la reunificación, Alemania se ganó el mote del "enfermo de Europa".

El consenso era que un sistema con altos salarios y fuerte participación sindical no podía sobrevivir en un mundo gobernado por un concepto nuevo, la "deslocalización".

Aprovechando la liberalización mundial y las nuevas tecnologías las grandes empresas podían cambiar de un país a otro en búsqueda de una mayor rentabilidad obtenida con costos salariales menores: las mismas empresas germanas empezaban a migrar a otras latitudes.

Pero a principios de este siglo un gobierno social-demócrata implementó una serie de reformas que sus rivales calificaron de "neoliberales" para reactivar la economía nacional.

El remedio funcionó: la economía volvió a crecer.

Pero tuvo un precio: aumento de la pobreza, del subempleo y el miniempleo.

"El lado positivo es que el sistema mostró un alto grado de adaptabilidad. Pero la reforma del sistema de seguridad social y el mercado laboral han aumentado la pobreza y la desigualdad", le dice a BBC Mundo Sebastian Dullien.

El futuro

Los desafíos se acumulan. A corto plazo, los problemas en China afectan al sector exportador germano.

A mediano plazo la tasa de natalidad germana no es suficiente para su mercado laboral.

Pero no se trata únicamente de una amenaza externa o de una bomba de tiempo demográfica.

Un estudio del Instituto Hall muestra que en el interior mismo de la economía social de mercado la interdependencia de bancos, compañías y gobierno puede favorecer la interferencia política.

Según el estudio, los bancos del Estado prestan considerablemente más durante un año electoral.

"Esto requiere un mejor modelo de gobierno que impida la interferencia política. Creo que el sistema necesita más liberalización. No es posible que un banco del Estado de Fráncfort no pueda prestar al de otra zona", le dice su presidente, Reint Gropp, a BBC Mundo.

"Estamos en medio de una gran revolución tecnológica y la economía alemana no está respondiendo como debería porque tiene una estructura demasiado rígida. El modelo fue excelente, pero es posible que sea también anacrónico", advirtió.

Pero también puede ser que, una vez más, muestre su extraordinaria flexibilidad para sostener un modelo que busca conjugar capitalismo, altos salarios y plena participación laboral.

0 comentarios