Blogia
CAUSA ABIERTA

El uso del bozal, ¿qué dicen los veterinarios?

El uso del bozal, ¿qué dicen los veterinarios?

Nuestro veterinario el doctor Pablo “Ruso” Sehabiaga nos presenta un informe que pretende aportar elemento a este debate. Desde hace unos días se está fiscalizando la tenencia responsable de mascotas en la vía pública. Sin embargo hay algunos aspectos y castigos que no parecen del todo apropiados o justos.

El uso de collar y correa en la vía pública parece no estar en discusión, ya que ello no solo evita que un perro avance o intente interactuar con otro perro o persona que no quiere hacerlo, sino que evita posibles accidentes que pongan en riesgo la vida de otros o incluso la del propio perro.

Sin embargo, al mismo tiempo, deberían existir espacios controlados y cercados, si se quiere en horarios establecidos para que el perro logre desarrollar su conducta exploratoria y lúdica libremente. Al establecer horarios y espacios, las posibilidades de accidentes se verán reducidas ya que el público en general sabrá que en ese momento y en ese lugar el perro tiene prioridad.

La exigencia del uso de bozal en determinadas razas o con determinado peso no parece del todo justa o acertada.

Primero, si un perro es agresivo pero no forma parte de las supuestas razas agresivas o el tamaño establecido seguirá siendo una potencial amenaza y omitirlo sería un riesgo.

Un caniche agresivo puede significar también un daño importante en un niño. ¿Menos que un San Bernardo? Sí, pero no se puede legislar por la gravedad del daño sino por el daño en sí mismo ya que no podemos predecir las consecuencias de una mordida siempre. ¿Y si el Caniche muerde en el cuello y el San Bernardo en el talón, cuál es más peligroso?.

Hilando incluso más fino, ¿los inspectores están capacitados para evaluar la peligrosidad de un perro?

Creo que debería existir un lugar destinado a registrar a aquellos perros que, por un veterinario un trabajador idóneo o el propio dueño son clasificados como agresivos o entrenados para guardia, ataque etc., cualquiera sea su raza o tamaño. Una vez identificados y confirmada su conducta, allí si se podrán tomar medidas específicas para el caso. Llámese collar, correa y bozal.

Es más: los collares y correas deberían adquirirse siempre y cuando cumplan con ciertas normativas de seguridad. Como el casco en las motos.

Si un dueño de un perro utiliza un collar y correa inadecuado y cuando un paseador saca al perro, éste se escapa producto de la correa defectuosa, ¿por qué multar al paseador?

Debería ser el dueño el primero en asegurar la seguridad de su mascota.

También parece saludable que estas cuestiones no se tomen como personales. Imagínese que un perro agresivo, sin las medidas preventivas, se escapa, cruza la calle y lesiona gravemente a su perro. ¿Tiene sentido?

Tampoco tiene sentido que un perro normalmente sociabilizado, sin antecedentes de agresividad, pero de 27kg o de raza Pitbull deba usar un bozal mientras que un Cocker de 15 kilos, sumamente agresivo, sea ignorado por los inspectores de turno.

Como veterinario dedicado al comportamiento animal, tanto los paseadores y adiestradores que hacen bien su trabajo son fundamentales para que los perros accedan a beneficios que los dueños no pueden brindarles y ello repercute notoriamente en el comportamiento del animal.

Pero el bozal también puede salvar vidas. Un perro herido o enfermo que necesita rápidamente una evaluación profesional no debería depender de tener o no un bozal. Un perro herido no entiende que alguien con jeringas en la mano y extraño quiere mejorar su salud. Por lo tanto muchas veces el bozal ayuda a que el examen sea correcto y por ende el tratamiento ayude a la salud del animal.

Para los que por diferentes razones utilizan bozal,existen datos a tener en cuenta:

    El bozal debe ser de tipo canasta y no cualquier bozal. Con ello se evita que el perro sufra cualquier alteración física que puede poner en riesgo su salud producto de la temperatura ambiente.
    Los perros, a diferencia de nosotros, sudan en zonas limitadas de su cuerpo. El mecanismo encargado de mantener su temperatura corporal es a través del jadeo.
    Bozales que limitan esta acción comprometen seriamente su salud y por ello se aconseja el uso de aquellos que posibilitan la apertura de la boca del perro por un lado, pero al mismo tiempo cumplen con la normativa.

Dr. Veterinario Pablo Sehabiaga Nestier
Coordinador y responsable de contenidos técnicos de MyPets.
Columnista del espacio semanal “La mascota y su contexto” en Justicia Infinita (Océano FM 93.9).
Facebook: elruso.justiciainfinita

0 comentarios