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CAUSA ABIERTA

Anciana falleció tras pasar frío, hambre y ser atada a una silla durante meses en residencial de Salto

Anciana falleció tras pasar frío, hambre y ser atada a una silla durante meses en residencial de Salto

Una anciana, que había sido internada por su esposo e hijos en un en un residencial para la tercera edad, falleció tras pasar hambre, frío y ser atada a una silla durante varios meses.

El juez Penal de 2° Turno de Salto, Enrique Ismael Falco procesó con prisión a dos personas responsables del residencial por un delito continuado de omisión de asistencia. El esposo de la fallecida A.O. también fue remitido a prisión por un delito de abandono de personas incapaces de bastarse a sí mismas.

El 6 de marzo de este año, la Justicia salteña dispuso el procesamiento y privación de libertad de la señora L.G.C.G. como autora de un delito continuado de privación de libertad de ancianos.

El magistrado actuante decidió, en esa resolución, continuar con las investigaciones en los hogares dirigidos por L.G.C.G. Se trataba de tres casas de salud. Uno de los residenciales, ubicado en la calle José Pedro Varela de Salto, había sido clasurado el año pasado por varias irregularidades.

Durante las actuaciones, el juez Falco constató que la anciana recientemente fallecida estaba en perfecto estado de salud hace dos años atrás. El 4 de junio de 2013 se le hizo una pericia psiquiátrica forense a la anciana R.P., entonces de 61 años. Allí se supo que ésta carecía de antecedentes psiquiátricos relevantes.

"(La anciana presenta) buen estado general. Bien aliñada. Presentifica la entrevista. Relato espontáneo, coherente. Sin elementos de ansiedad ni angustia", señala el informe técnico hecho a pedido de la sede.

En esos momentos, la anciana había presentado una denuncia por violencia doméstica contra su esposo A.O.

Trece meses más tarde, el 4 de agosto de 2014, dos hermanas de la anciana concurrieron al Juzgado de Salto para solicitar que el esposo no se acercara a la anciana (medidas cautelares). También indicaron que la situación de violencia doméstica vivenciada por su hermana R.P. de parte de su esposo A.O. le causó un deterioro físico y psíquico.

Las denunciantes señalaron que durante un prolongado tiempo no supieron del paradero de su hermana. Pretendieron conocer el mismo a través de su cónyuge O.A. Sin embargo, su cuñado no les dio información.

Las hermanas buscaron a la anciana por sus propios medios. La encontraron en una casa de salud ubicada en la calle José Pedro Varela al 7XX de Salto. Cuando la vieron, se llevaron una desagradable sorpresa al encontrarla "en pésimo estado de salud, sin los cuidados básicos de higiene y alimentación necesarios para su edad y situación (es una señora de 61 años y representa mucho más) en total situación de abandono". Una funcionaria del residencial informó a las dos hermanas que la anciana fue internada allí por su esposo, quien concurre al lugar una vez por mes y pregunta: "¿Cómo está? ¿No murió?".
Inspección.

Funcionarios judiciales y del Ministerio de Desarrollo Social concurrieron al residencial y entrevistaron a la anciana. Detectaron que esta tenía frío, casi no podía sostenerse en pie, no se comunicaba y estaba atada a una silla con una correa. En otra habitación habían otras dos personas atadas. "Hay olor a orín y la habitación tiene mal olor", señala el magistrado en su resolución. Después de la visita, el MSP cerró el residencial.

El 1 de enero de este año, la anciana falleció.
Cucarachas, moho y vegetales en mal estado.

La Justicia verificó las pésimas condiciones de alojamiento de los ancianos en el residencial clausurado. "Se constató paredes con hongos y moho próximas a las camas, una pelela con abundante papel y orines en su interior, aglomeramiento de camas. el único baño existente tiene el lavatorio dañado y en desuso, con piso mojado por una pérdida continua de agua, ropa y pañales tirados. Se logró documentar la presencia de cucarachas en el placard de la cocina y dentro de la heladera, así como vegetales en mal estado debajo de la mesada". El expediente judicial señala que un familiar de la anciana fallecida preguntó en el residencial: "¿Por qué hay pocos ancianos".

Una funcionaria respondió: "Se fueron para arriba" y apuntó al cielo con un dedo de la mano.

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