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CAUSA ABIERTA

El asesino del león, uno de los 15 millones de cazadores de EEUU

El asesino del león, uno de los 15 millones de cazadores de EEUU

El estadounidense Walter Palmer generó en los últimos días reproches y críticas por haber matado a un animal salvaje en África y haberse fotografiado con su cadáver. El confeso cazador tuvo que pedir disculpas: se trataba de un símbolo de la fauna de Zimbabue y un referente de la especie de los leones. Habría pagado 50,000 dólares por la aventura.

Sin embargo, cada día en Estados Unidos se cazan animales salvajes y se hacen fotos con ellos. De los más de 310 millones de habitantes, la Oficina del Censo calcula que hay más de 15 millones de cazadores legales en Estados Unidos, el país con más armas de fuego per cápita del mundo.

Tres de cada 10 estadounidenses con una arma en casa dice tenerla para ir a cazar, según una encuesta de 2013 de Pew Research. La cifra ha disminuido con los años, mientras que cada vez más declaran que el arma en casa es por protección. Lo afirmó el 48% de los encuestados.

Son tanto cazadores con licencia como aficionados sin ella. Usan escopeta, el arco y la fecha, revólveres u otras armas más básicas.  

Los últimos datos disponibles en el Censo son de 2011: 13.7 millones de estadounidenses mayores de 16 años habían cazado, junto con 1.8 millones de niños de entre 6 y 15 años. Se le sumaban casi 33 millones de adultos que fueron a pescar.

Esta afición es lucrativa para las empresas que se dedican a ello: los gastos para ir a cazar sumaron 20,600 millones de dólares en 2011, según el mismo informe del Censo. Casi 400 dólares por persona y expedición.

La industria es grande porque no solo incluye el material, que es la partida en la que los aficionados gastan más dinero. La caza genera gastos de viaje, de alojamiento, alquiler de terrenos, licencias para cazar, revistas para aficionados, membresías de asociaciones, entre otras inversiones.

La patronal que representa a la industria de armas con fines recreativos cifra en 134,400 los empleos directos que genera y en más de 40,000 millones el impacto económico del sector, según figura en su informe anual de 2014.

En el llamado deporte de la caza, el ciervo es indiscutiblemente el animal que buscan más los cazadores estadounidenses. También se mueve tras las ardillas, los conejos, los faisanes, los pavos salvajes, las palomas y los patos.

Aunque no hay estadísticas concretas, las autoridades de EEUU también luchan contra la caza furtiva, así como el comercio con animales matados clandestinamente.

Con las estadísticas en mano, queda claro también que Estados Unidos persiste como un país de armas de fuego en casa. Hay casi tantas armas como ciudadanos: 88.8 armas por cada 100 residentes, según un centro que investiga el tema, y lidera el ránking mundial por cápita.

Se calcula que 1.8 millones de niños estadounidenses, entre 6 y 15 años, salen a cazar cada año. Es una cultura que se aprende desde joven en algunos hogares y hay marcas de armas que desarrollan campañas para llamar su atención: por ejemplo, con los anuncios y modelos coloridos de “mi primera arma”.

Pese a la cultura de las armas en Estados Unidos, los reproches al estadounidense que mató al león fueron mayúsculos en las redes. “Que lo pague con la cárcel”, decía una internauta. “Pagó para matar con placer”, le acusaba otra.
Univisión

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