La muerte de una joven negra en detención preventiva levanta sospechas en EEUU

La muerte de una joven negra en detención preventiva y presentada como suicidio por las autoridades de Texas (sur) despierta sospechas en Estados Unidos, en medio de tensiones entre la comunidad negra y la policía.

Los fiscales anunciaron el lunes que harán pública una grabación de una cámara de vídeo que muestra que ninguna persona entró o salió de la celda de Sandra Bland, de 28 años, antes de que fuera hallada muerta. Otro vídeo que muestra la detención de la joven negra, sin embargo, genera dudas. En el vídeo se la ve inhabilitada en el suelo mientras es arrestada por no haber encendido el intermitente para cambiar de fila. "Gracias por grabar", dice ella. "Por un intermitente, mantenerme en el suelo y todo esto", añade mientras la policía la sube esposada a su automóvil. El vídeo circula en las redes sociales con el hashtag #IfIDieInPoliceCustody.

Sandra Bland sufrió de depresión en el pasado, pero su familia insistió en que no consideraba como una opción el suicidio. Sus familiares pidieron que se realizara una autopsia independiente porque no creen en la conclusión del médico forense local. "En base a la Sandy que conozco, es inconcebible", dijo su hermana Sharon, durante una conferencia de prensa.

La joven estaba a punto de empezar un nuevo empleo en su universidad cerca de Houston, cuando fue arrestada el 10 de julio a las 16H30 horas locales. Fue hallada muerta en una celda el 13 de julio a las 09H00 horas locales, según el sheriff del condado de Waller.

La joven era militante del movimiento 'BlackLivesMatter' nacido durante la ola de manifestaciones callejeras que estalló especialmente tras la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco en Ferguson (Misuri).

"No podemos dejar de estar furiosos cuando vemos una situación donde, claramente, la vida de los negros no cuenta", dijo la joven en un vídeo publicado en su cuenta de Facebook. "Puedes estar ahí, entregarte a la policía y que de todas formas te maten", agregó.
AFP