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CAUSA ABIERTA

Mujica: “La derecha está fantasiosamente equivocada si espera una guerra en el FA”

Mujica: “La derecha está fantasiosamente equivocada si espera una guerra en el FA”

Se lo ve más tranquilo a Mujica, más relajado. Disfruta como siempre del debate político pero con menos tensión, con más alegría. A lo largo de la entrevista, de más de una hora en su chacra con La República, sonríe mucho más que en otras notas, pero se compenetra con la misma pasión en los temas más ríspidos y delicados.

Y lo más fuerte del momento es, sin duda, el público choque de criterios que provocó dentro del Frente Amplio los últimos anuncios del gobierno. Allí aparece la nueva versión del expresidente. Conciliador, estratégico, le quita drama a la crisis y asegura que nunca la sangre llegará al río.

¿No habrá guerra interna entonces?, preguntamos. “No, le aseguro que no vamos a entrar en ese corral de ramas. La derecha está fantasiosamente equivocada si espera eso”.

¿Cómo vio los anuncios del gobierno?

Uruguay es un país pequeño y las 4 o 5 grandes empresas que tiene son públicas, después de ellas en  tamaño están las plantas de celulosa y Conaprole. Todo lo que hay para abajo son inversiones medianas y pequeñas. Es decir que las empresas públicas son determinantes.

Si el PBI crece, ellas tienen que crecer. Si el país se capitaliza y aumenta la inversión hay que invertir más, porque si no lo hacemos tendremos, con los años, pérdidas contingentes. Ya nos pasó con el Ferrocarril Central del Uruguay  que por años de no invertir, terminó hecho un montón de chatarra.

¿Y qué faltó?

Nos faltó ese goteo que necesita una empresa para mantenerla permanentemente renovada.

Nosotros luchamos mucho por ellas. Como se había venido de la crisis del 2000 que fue terrible,  y habían sido muy bajas las inversiones públicas, nosotros alentamos la máxima inversión que fuera posible.

Pero se habla de que hubo mucho desorden en el gasto.

No hubo ningún orden, ni desorden. Hubo decisión política de que se invirtiera lo más que se pudiera, porque ahora que se invirtió, tienen asegurado algún tiempo de modernización y eficiencia. Por ejemplo Ancap, ya no va precisar este nivel de inversión porque con 70 u 80 millones de inversión por año terminó, por ejemplo,  la reconstrucción del cemento en Minas hace un mes.

Hacía 30 años que estábamos perdiendo en Minas por no invertir, y las chimeneas envenenaban al pueblo porque estaban vetustas y destruidas. Esa etapa ya se cerró.

Pero a Ancap le quedó un déficit importante?

Es cierto, pero también tiene un conjunto de nuevas inversiones que le van a permitir funcionar bien durante un tiempo. Lo mismo pasa con UTE, que va a necesitar 1.900 millones de dólares en los próximos 5 años. Si le dan 1.000 o 1.200, el resto tendrá que conseguirlo igual. Porqué lo precisa. Porque tiene que incentivar y multiplicar todo el sistema de transmisión que determina la formidable cantidad de molinos que hay en el país y porque tienen que llevar energía eléctrica a los lugares más recónditos y eso no es otra cosa más que inversión, inversión y más inversión.

Al gobierno le preocupa la baja de la recaudación y prefiere tomar recaudos.

Tiende a bajar la recaudación por la crisis que hay en el mundo. Las exportaciones son menores y valen menos, probablemente el Estado recaude menos. Y me parece bien que haya un orden prioritario de lo que se puede gastar para no desequilibrar las cosas, está bien.  Pero esa es la política que marca la hora actual, hace 2 años la hora marcaba otra política que para mí era la inversión a muerte en las empresas públicas.

Ahora se hará lo que se pueda.

¿Y el Antel Arena?

Con respecto al Antel Arena yo estoy con la palabra que dio el ministro Astori, que lo van a retomar en otro momento.

Ahora  también se habla de que hay interesados privados.

Entonces estamos todos locos, porque cuando Antel planteó esa idea le dijeron de todo. Que era un disparate, una locura, y ahora resulta que hay privados interesados en el proyecto. Lo que quiere decir que económicamente hablando es bueno y atractivo, porque ningún privado se atreve a meter una carrada de plata si no es negocio.

El gobierno no lo ve como una prioridad…

Pero lo que hay que entender es que se trata de un proyecto urbanístico convocador porque busca cambiarle la fisonomía a una zona de Montevideo y darle más apertura a otras construcciones que se van a hacer. Es un proyecto que persigue diseñar un nuevo centro para Montevideo, eso desde el punto urbanístico  es muy importante. No es sólo un lugar de eventos deportivos o conferencias, es un mazazo de carácter inmobiliario para promover un barrio que está sumergido y eso contribuye a darle valor a toda la propiedad que hay en esa zona. Pretende multiplicar su valor inmobiliario.

¿Las diferencias de criterios son muy grandes?

Las hay, pero yo tengo confianza en mis compañeros, en Tabaré Vázquez, en Astori y si bien a veces podemos tener algún matiz, nadie va a romper el corral.

¿Cómo ve a Tabaré hasta ahora?

Yo apuesto a que esta presidencia de Tabaré va a ser mejor que la primera porque tiene una ventaja, hizo experiencia. Está más viejo y recogió experiencia. Lo dice la historia nacional, la segunda presidencia de don José Batlle y Ordoñez fue mejor y creo que la de Sanguineti también, la segunda fue mejor que la primera. Ahora va a ser igual.

¿Y que opina de Astori?

Astori es un brillante economista y un compañero muy representativo, sobre todo en una parte de la sociedad.                 

¿Son muy diferentes ustedes?

El representa cosas que yo no represento, y yo represento cosas que él no representa. Y en estas diferencias radica la fortaleza del Frente Amplio, es su diversidad. Esos matices que aparecen y que algunos ven como críticas es exactamente nuestra fortaleza, es lo que nos agranda porque somos corrientes de opinión que expresamos distintos pedazos de la sociedad.

Hay una parte del frente  que se ha preocupado porque perdieron votos en Pocitos y Carrasco, y yo estoy contento porque  ganamos votos en la Ruta 26. (se ríe)

¿No cree que tantas discrepancias son aprovechadas por la oposición?

La derecha lo aprovecha pero comete muchas tonterías, porque en definitiva todo el cuadro de la política uruguaya está dentro del Frente.  En el Frente está el gobierno y también la oposición. La discusión, el debate, toda la vida política.

¿Qué les queda a ellos?

Sólo una crítica desaforada. La diversidad del FA es su fortaleza. Hace 25 años que somos así. ¿Todavía no aprendieron?

Pero hay gente que piensa que hay demasiadas diferencias entre los líderes.

Claro que somos distintos, pero estamos en el mismo cuadro. Pateamos para el mismo lado, lo que ellos ven como un problema, para nosotros es un aporte. Tabaré tiene su  identidad.  Astori tiene la suya y yo tengo la mía.

¿Y eso no afecta al gobierno?

De ninguna manera. Nosotros discutimos, negociamos y al final decidimos y somos un mismo cuerpo. Cuando surgimos,  pensaban que jamás íbamos a llegar al gobierno porque éramos una colcha de retazos y la historia demostró todo lo contrario.

La concertación puede ser el entierro de lujo del partido colorado.

¿Cree que esta es la gran diferencia del FA y los partidos tradicionales?

Los dos partidos tradicionales tienen la edad de la patria. En el mundo se sorprenden de que hayan sobrevivido tanto, tienen casi 200 años y ¿sabe porque duraron? Porque nunca fueron partidos en el sentido europeo, sino que fueron frentes, tuvieron una izquierda centro y derecha adentro del propio partido y vivían peleando y negociando.

Eso es siempre lo que más perdura, lo otro se acaba. Como los viejos partidos de izquierda a los que yo pertenecí, éramos perfectos, todos teníamos la misma letra. ¡Pero no jodíamos a nadie, hermano!

¿Cuándo cambió esto?

Cuando nos hicimos de masa, ahí cambió todo.  Tenemos matices, contradicciones, pero ordenamos la cancha. Es lo que muchos no entienden del propio Justicialismo en la Argentina, uno allí encuentra de todo y por eso gobiernan siempre.

¿El Frente tiene en el centro su gran desafío?

El Frente capta gente del centro y eso es muy importante porque en este país, no se puede gobernar en contra del centro hay que tenerlo muy en cuenta porque es, siempre, tácitamente la mayoría.

Este no es un pueblo de derecha en el sentido reaccionario, tampoco es un pueblo aventurero, acompaña las reformas pero despacio, lleva su tranco y no  quiere que se la compliques mucho. Es tolerante y abierto pero está lejos de cometer infantilismos de izquierda. Entonces no se puede construir una política de izquierda que no tenga en cuenta ese dato  de la sociedad. Uno tiene que negociar permanentemente y no apartarse demasiado de eso, porque ahí está la expresión mayoritaria del país y si no se va camino al aislamiento.

¿Los colorados son un ejemplo de ello?

Los colorados están en una crisis profunda y han cometido un error histórico grave  al alejarse del batllismo que hoy está representado por el Frente. Buena parte del FA es un batllismo modernizado. Y el partido colorado se fue demasiado a la derecha, se alejó de ese tácito centro izquierda un poquito reformador, pero no tanto tampoco, que constituye la tradición del país. Ahora no se lo que van a inventar, probablemente esto de la concertación sea  un entierro de lujo del partido colorado.

¿Y la aparición de Novick?

A Novick lo veo como un proyecto que va a intentar reproducirse en el resto del país a costa del Partido Colorado… él es de origen colorado…, pero se está maquillando… (vuelve a sonreir).

¿Qué figuras ve con proyección presidenciable?

Está Sendic, Martínez, hablan de Mónica Xavier, de Álvaro García, de Murro. Hay varios en la vuelta. No me atrevo a señalar a nadie especialmente porque es la mejor manera de matarlo, pero cada cual dará lo suyo y veremos. Es un proceso, y hay que vivirlo.

¿Hubiese cambiado cosas de su gobierno?

Con el diario del lunes, todo se puede hacer mejor. En la vida es así, no hacemos todo lo queremos sino lo que podemos, y siempre nos quedan cosas en el tintero.
Entrevista La República

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