El Ministerio de Salud Pública es del Partido Comunista, y chau
Por Carlos Lemos
Al Partido Comunista le importa un comino lo que diga la Corte Electoral. En razón de ello, y visto el yerro, dispuso separar del cargo de ministro de Salud Pública a Jorge Venegas y poner en su lugar a la camarada Susana Muniz.
Por lo pronto, Venegas ya anunció que seguirá colaborando con el MSP como asesor o director. Así de simple, de facto, nomás.
No importa lo que diga el presidente José Mujica. Tampoco el dictámen de la Corte Electoral ya que en realidad es una formalidad.
Faltaba más, si hace un mes que sus ministros andan en vueltas con un caso “tan complejo”.
Por supuesto que a la Constitución cero de bola.
Mujica no conoce a Susana Muniz, como tampoco conocía a Jorge Venegas.
Pero no importa, tiene el aval del Partido Comunista y ni la Corte de la Haya se puede meter. Es cosa de no creer.
Ayer, Venegas dio como un hecho la designación de Muniz y se refirió a ella como “la ministra”.
Impresionante.
Según los integrantes de la delegación del Partido Comunista encabezada por el senador Eduardo Lorier, el vicepresidente del Frente Juan Castillo y los miembros del Ejecutivo Julio Gotta y Gabriel Mazzarovich, parece que Mujica quedó “impresionado” por la trayectoria de Muniz.
A los comunistas de Uruguay no se les puede creer nada, se sabe. Solo les importa el poder y hacen cualquier cosa por lograrlo y mantenerlo a costa de quien sea.
Ahora bien, el que no tiene contrafuerte es el presidente Mujica o los encargados de prensa y difusión del Ejecutivo.
¿Por qué?
Porque este sitio se aburrió de advertirle al primer mandatario que Jorge Venegas (antes de ser designado subsecretario de la Cartera) era ciudadano chileno y no estaba habilitado.
Porque, además, se informó que nunca había ejercido como médico y que no sabía ni siquiera dar una inyección, pese a haber sido “docente” en Enfermería.
También que había sido despedido de la División de Salud de la Universidad de la República por inepto.
Que nunca se tuvo muy claro dónde se recibió de médico.
Que su esposa es, realmente, una formidable médica que lo mantuvo años mientras él pasaba sentado en la mesa de los comunistas.
Bueno, Pepe, mil cosas más, pero a esta altura ya no importa nada.
En rigor, me pudrí.
Después de todo la salud de los uruguayos está en manos de los comunistas y no en las suyas.
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