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CAUSA ABIERTA

“El periodismo no es para cínicos”

“El periodismo no es para cínicos”

La agenda mediática de las últimas semanas ha sacado a la luz pública un problema que, al interior del ámbito empresarial y académico se viene discutiendo desde hace tiempo: ¿quién está informando a los medios?

Entre tanta y tan veloz información que hoy fluye por la red, ¿a qué se le está dando prioridad en las salas de redacción: a la inmediatez o a la calidad informativa?

Las grandes lecciones del periodismo en el siglo XX, como las que dejó Ryszard Kapuściński, ceñían el poder del periodista a su capacidad de encontrar, armar y contar historias. “El periodismo no es para cínicos”, decía. Y la pregunta es: ¿sigue sin serlo?

Casos como el del prestigiado diario español El País, al publicar en portada una supuesta –y luego desmentida- foto de Hugo Chávez en plena agonía, u otro más cercano, del New York Times que reveló hace un par de días la presunta injerencia del gobierno norteamericano a través de la CIA, que rechazó la designación del general Moisés García Ochoa como posible titular de la Sedena -y hoy al frente de la XI región militar con cabecera en Torreón-, debido a supuestos nexos con la delincuencia. Esta nota también fue desmentida por el propio gobierno estadounidense.

Una muestra más: el material que The Guardian publicara durante la campaña presidencial y que abrió la puerta para discutir la relación de Enrique Peña Nieto con Televisa, y que hoy también se desdice, lo que revela el gran dilema al que los generadores de opinión pública se enfrentan: una lucha permanente entre la inmediatez, la ambición por ganar la primicia y la comercialización de la noticia, frente al ejercicio periodístico ético que investiga, corrobora datos y construye historias.

La realidad muestra que el vertiginoso flujo de información, acrecentado aún más por el denominado “periodismo ciudadano”, a través de redes sociales, lleva a las grandes empresas de medios a buscar –y encontrar fácilmente algunas veces- historias a partir de filtraciones, venta de imágenes y otras argucias, abriendo la posibilidad a que casi cualquier dato sea considerado noticia y llegue al papel, la pantalla o el micrófono, sin antes construir su propia historia.

Hoy vemos hechos locales, como la reciente publicación en medios nacionales de supuestos fraudes fiscales de los hermanos Juan Marcos Villarreal que responden, sin duda, a buscar el posicionamiento en medios de un tema en función de intereses particulares. La pregunta no es sólo ¿quién filtra información a los medios?, sino ¿qué ocurre al interior de éstos que asumen una filtración como información de calidad periodística?

Definitivamente amigo radioescucha, la respuesta la tendremos que buscar al interior de las salas de redacción, en el seno de las universidades que siguen formando periodistas, en las oficinas de comunicación institucionales que deben más que nunca privilegiar la transparencia en aras de legitimarse y recuperar la confianza perdida; pero sobre todo, en cada lector, televidente o radioescucha que deposita su confianza en los medios y como tal puede y debe exigir el respeto y actuar ético que un bien público, como la información merece.

Es por ello que en GREM refrendamos día con día en cada uno de nuestros espacios el compromiso con la seriedad y la ética periodística, anteponiendo la honestidad y el profesionalismo a toda tentación sensacionalista con el afán de ganar auditorio a costa de la credibilidad, lo que representa nuestro activo principal, porque Usted nos escucha con la confianza que genera la verdad.
Grupo Radio Estéreo Mayrán

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