Argentinos entran en pánico por sus secretos financieros en Uruguay
La decisión del gobierno de Uruguay de firmar un acuerdo tributario con Argentina que por primera vez permitiría la apertura parcial de su secreto bancario fue festejada por quienes abogan por eliminar la evasión fiscal y el lavado de dinero.
Pero para muchos de los miles de argentinos que todos los años depositan millones de dólares en Uruguay, el anuncio resultó preocupante.
Según un estudio realizado por El Observador, los ciudadanos argentinos mantienen cerca de US$2.300 millones en bancos uruguayos, lo que representa cerca del 11% del total de las colocaciones bancarias en el país.
En 2011, el 75% del dinero que ingresó del exterior a cuentas bancarias uruguayas correspondió a argentinos, una cifra que en los últimos años ha ido en aumento.
La fuga de capitales se ha convertido en uno de los problemas más grandes de la economía argentina, alcanzando los US$24.000 millones en 2011.
Por eso, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner implementó una serie de medidas para frenar el fenómeno, como las restricciones cambiarias y mayores controles aduaneros.
Ahora, Argentina logró firmar un acuerdo con el gobierno de Mujica para que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) –el fisco argentino- pueda requerir a su equivalente uruguayo información sobre bienes, propiedades o cuentas bancarias de argentinos en territorio nacional.
El acuerdo debe ser aprobado por los Parlamentos de ambas naciones para entrar en vigencia pero algunos expertos advierten que, de sancionarse, podría provocar una fuerte caída en las inversiones argentinas en Uruguay.
Se estima que el 74% de los depósitos de no residentes en Uruguay corresponden a ahorristas argentinos.
¿Por qué el favoritismo? Por una serie de factores. Primero, la cercanía: a diferencia de otras plazas populares en lugares como Estados Unidos o en islas remotas, el ahorrista argentino no tiene más que subirse al auto y viajar unas pocas horas para trasladarse al país vecino.
Otro factor clave es la facilidad. Uruguay no requiere un permiso de residencia para poder abrir una cuenta.
Fuentes del Banco Central de Uruguay (BCU) resaltaron a BBC Mundo que el país también ofrece otras ventajas: impuestos bajos, un sistema flexible y una plaza financiera segura.
Es, justamente la sensación de inseguridad y de falta de reglas claras lo que lleva a muchos argentinos a querer sacar su dinero del país.
Algunas decisiones tomadas en años recientes por el gobierno de Cristina Fernández –como la estatización del sistema privado de pensiones- también incentivaron la salida de capitales.
Quizás la llegada más pronunciada de inversiones argentinas a Uruguay se dio a partir de 2008 cuando Cristina Fernández protagonizó un duro cruce con el sector agrario, debido a un intento de aumentar los aranceles sobre la exportación de granos.
Ese conflicto, sumado a la creciente demanda mundial por soja y el fuerte alza en los precios internacionales de esa oleaginosa, llevó a muchos productores agrarios argentinos a comprar o alquilar campos en Uruguay.
A diferencia de Argentina, donde el Estado cobra impuestos (o "retenciones") del 35% sobre la exportación de soja, en Uruguay ese arancel no existe.
Según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias de Uruguay (DIEA), los argentinos fueron los extranjeros que más tierras uruguayas compraron entre 2000 y 2009.
En vista de que cerca de la mitad de los campos en Uruguay están en manos de sociedades anónimas (de las que no puede detectarse su nacionalidad), es difícil establecer con claridad cuántos terrenos están en manos argentinas.
Pero algunos expertos aseguran que al menos entre el 25% y el 35% de las hectáreas cultivables del país pertenecen a argentinos.
En tanto, también habrían aumentado las inversiones argentinas en el sector inmobiliario, un área tradicionalmente popular entre los argentinos más acaudalados.
Más allá de las inversiones que están en regla, muchos argentinos eligen llevar su dinero a Uruguay para evadir al fisco local.
Y es que el secreto bancario y otros incentivos imperantes en ese país llevaron a muchos inversionistas a tratarlo como un "paraíso fiscal".
En los últimos años Uruguay tomó varias medidas para alejarse de ese mote.
Justamente, el acuerdo rubricado esta semana con Argentina tendría como fin poner al país en línea con los estándares tributarios exigidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que el año pasado retiró a Uruguay de su lista "gris" en materia de transparencia de información fiscal.
¿Significa este tratado bilateral –de ser ratificado- que el fisco argentino podrá hacer una investigación masiva en el país vecino, en busca de evasores?
El ministro de Economía y Finanzas uruguayo, Fernando Lorenzo, se encargó de negar esa posibilidad.
"(El tratado) en ningún caso será retroactivo", aclaró, buscando calmar a quienes apostaron en el país justamente porque buscaban ser protegidos por el secreto bancario.
Además, las autoridades uruguayas explicaron que los pedidos de información se darán en casos puntuales, y se exigirá a la AFIP que fundamente las sospechas que lo llevan a hacer el pedido.
El fisco argentino deberá, además, demostrar que agotó los mecanismos para obtener en su territorio la información que pida a Uruguay.
Para el analista económico Osvaldo Cado, este pacto no llevará a una "caza de brujas".
"El que suele llevar su dinero a Uruguay es el pequeño y mediano ahorrista argentino. Las autoridades van a buscar a los grandes evasores así que esta medida no debería espantar a los inversores", dijo a BBC Mundo.
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