El Real Madrid cae eliminado en los penales
Hay partidos que merecen ser tratados de usted, y el que jugaron Real Madrid y Bayern, sin duda lo merece. Lo tuvo todo: fútbol, emoción, épica, ocasiones, polémica, riesgo... el final en los penales puso el mejor punto y final al choque.
Si algo ha quedado claro en estas semifinales es que el fútbol se reduce a la efectividad, algo en el Real Madrid tuvo en los primeros quince minutos. Cristiano Ronaldo tocó dos balones y marcó los dos primeros tantos de un Madrid que en el primer cuarto de hora había hecho el trabajo previsto para noventa.
Di María remató de volea un centro de Marcelo que acabó en la mano de Alaba y pena máxima.
El segundo, aunque marcado por Ronaldo,tuvo en Özil y Benzema sus artífices. El primero dio el pase y el segundo se llevó con su desmarque a los centrales teutones para dejar solo al luso.
Ante un Bernabéu entregado y un Bayern aún perdido, la fiesta y la goleada parecían cuestión de tiempo, pero el espíritu alemán es indomable y se repuso a los dos tantos blancos a base de ocasiones y llegadas de gol.
Avisó Robben aunque sería más correcto afirmar que falló lo imperdonable. El ex del Madrid recibió un centro solo en el área pequeña y sin saber cómo disparó por encima del larguero de Casillas.
Los alemanes, con un 61% de posesión en el Bernabéu, se iban encontrando cada vez más cómodos sobre el césped madrileño. Fue Mario Gómez, muy activo arriba, el protagonista de la jugada que acabó en penal para el Bayern. Kroos la centró y Pepe cometió falta sobre el hispano-alemán.
La pena máxima la materializó en gol Robben pese a que Iker Casillas rozó la pelota pero fue insuficiente para detener el penal.
Desde el tanto que empataba la eliminatoria el partido se tornó precioso, con jugadas de ataque del Madrid y del Bayern, un regalo al deporte ver a dos equipos deseosos de marcar un gol para poder llegar a la gran final de la máxima competición europea.
La segunda mitad, en cambio, perdió en belleza pero ganó en tensión. Los blancos eran conscientes de que un gol del Bayern complicaba la eliminatoria y los teutones no sabían muy bien si irse arriba a por el empate o respetar al Madrid y buscar una contra definitiva.
Mourinho, que no lo veía claro, decidió dar entrada Kaka por un Di María errático en busca de la frescura del brasileño, frescura que nunca llegó.
La tuvo a falta de cinco minutos del final Mario Gómez, el espigado delantero del Bayern recibió solo en el área pequeña un pase de Robben y en lugar romper la red con un disparo al recibir el balón, tomó la errónea decisión de controlar y perderse entre sus piernas para desperdiciar la más clara ocasión alemana de toda la segunda parte.
La prórroga cambió la dinámica del partido
El final del tiempo reglamentario llegó con el 2-1, el mismo resultado que en Múnich y se llegó a la prórroga para darle un punto más de épica a todo un señor partido de fútbol.
La prórroga empezó y el cansancio y el miedo hicieron acto de presencia, el Madrid en un 'quiero y no puedo' salió en tromba en busca de un gol que no llegó en la prórroga que hizo que el Madrid se entregase a las manos de Casillas su pase a la gran final.
La cara o cruz de los penales llevó la tragedia al Bernabéu
Los penales empezaron de la mejor forma posible para el Bayern, marcó Alaba y Mario Gómez y fallaron, detuvo Neuer, Cristiano Ronaldo y Kaká. Pero apareció Casillas, que detuvo los dos lanzamientos posteriores del Bayern -Kroos y Lahm-.
Sergio Ramos pudo empatar pero tiró a las nubes la pena máxima decisiva que dejó en bandeja a Schweinsteiger la posibilidad de dejar al Real Madrid fuera la Champions y sin posibilidades de conquistar la Décima.
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