Argentina: asesino serial mataba para cumplir una promesa a San La Muerte
En el barrio Rivadavia, del Bajo Flores, todos lo conocen como “Marcelito”. Tiene 22 años. Desde el sábado está detenido por el crimen del estudiante de Filosofía Rodrigo Ezcurra (27), cuyo cuerpo fue encontrado el 11 de abril pasado con un balazo en el pecho, en una de las calles que entrecruzan los monoblocks de la zona. Ese es el escueto comienzo de la noticia policial, pero hay mucho más. La Policía sostiene que es un asesino serial (le atribuyen al menos seis homicidios en apenas cuatro meses ). Además aseguran que su motivación para matar era cumplir con una promesa a San la Muerte , muy venerado en el litoral y al que se suelen encomendar también muchos ladrones. En el barrio los comentarios tomados por la Policía hablan de un homicidio por semana, como ofrenda, a cambio de protección y properidad . “Ante la Justicia ya declararon una media docena de testigos. Uno de ellos nos dio detalles del pacto con San La Muerte ”, confio a Clarín uno de los investigadores. De la serie de crímenes en cuestión, por el momento sólo uno lo mantiene preso, el de Ezcurra, por el cual el juez Enrique Velázquez había ordenado su captura el 26 de agosto pasado.
Según el informe de "Clarín", a Ezcurra le siguió Pablo Villa (27), asesinado a balazos el 22 de julio, causa a cargo de la fiscal Alicia Martín. Y pocos días después cayó Jorge Mansilla (48), la madrugada del 8 de agosto, en un episodio que investiga el fiscal Rodolfo Cudicio. Este a su vez interviene en dos hechos de “amenazas y disparos de arma de fuego” contra dos vecinas del barrio que también señalan a “Marcelito” .
En medio de los crímenes de Villa y Mansilla (el 1° de agosto), hubo otra muerte violenta en el Barrio Rivadavia, pero se desconoce la identidad de la víctima porque fue calcinada .
El último de los hechos por el que la Policía investiga a “Marcelito” fue un doble homicidio: Pablo Zanuik (26) y Marcelo Cabrera (28) fueron asesinados a balazos el 15 de agosto, cinco días antes del día de San La Muerte .
“Pero en la lista puede haber más casos . Estamos estudiando unos 10 en total y tratando de unificar las investigaciones para trabajar mejor. En algunas causas ya contamos con reconocimientos fotográficos positivos ”, confió a Clarín una fuente policial.
Según pudo chequear Clarín , la División Homicidios de la Federal estaba siguiendo los pasos de “Marcelito” desde febrero pasado , cuando su apodo comenzó a sonar relacionado con casos no resueltos dentro del barrio Rivadavia. La detención la terminó haciendo la comisaría 38° luego de que el sábado desde un patrullero intentaran identificar al joven y éste les respondiera a los balazos .
Ese día, en poder de “Marcelito” se secuestró una pistola calibre 9 milímetros que, sospechan los investigadores, pudo ser la utilizada en algunos de los homicidios que ahora están en la mira. En otros se usó una escopeta .
La pistola, marca Browning, tiene su propia historia: se la robaron a un policía de la comisaría 36° el 26 de marzo de este año, dos semanas antes del crimen de Rodrigo Ezcurra . Al ser secuestrada, el arma tenía el cargador lleno (12 cartuchos) y aún conservaba la inscripción y el logo de la Policía Federal.
Hasta que le cayera encima la acusación de asesino serial con motivaciones místicas, “Marcelito”, según los propios partes de la Federal, no tenía un prontuario impactante .
A principios de año la brigada de la 38° lo detuvo por manejar un auto mellizo y le inició una causa por “encubrimiento”. El informe del Registro de Reincidencia Penal reveló que el 27 de febrero de 2009 había sido declarado “en rebeldía” por un juzgado de Lomas de Zamora.
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