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CAUSA ABIERTA

Un escándalo de corrupción en Uruguay con muchas preguntas

Un escándalo de corrupción en Uruguay con muchas preguntas

La Armada Nacional está sumergida en el mayor escándalo de su historia, lo que ha determinado, hasta ahora, la renuncia de su comandante en jefe, Contralmirante Oscar Debali, por la destitución y condena judicial de su sobrino acusado de traficar con tarjetas telefónicas. Una acusación y un delito menor.
Más graves son los delitos comprobados a varios oficiales. Acusados de realizar compras ficticias por varios cientos de miles de dólares por una grúa y un banco de prueba de motores por un valor de seiscientos mil dólares, totalmente falsas.
Otro oficial fue descubierto traficando vales de combustible por más de cinco millones de pesos (250 mil dólares) y ya está procesado con prisión por la jueza especializada en crimen organizado.
Estos expedientes han determinado suspensiones en sus cargos, pasajes a la justicia ordinaria con procesamientos y pasajes a la justicia militar; y se anuncian nuevas investigaciones por parte del ministro de Defensa Nacional Luis Rosadilla.
Y todo apunta a que habrá nuevas investigaciones. ¿Cómo comenzó todo? Por una denuncia anónima presentada ante la justicia civil ¿Quién presentó esa denuncia? Se manejan varias hipótesis.
¿Es parte de una disputa interna de la armada preparando la sucesión del nuevo comandante en jefe que debía producirse en el mes de febrero del 2011? Una pedrada algo desproporcionada.
¿Es una zancadilla de otra de las fuerzas armadas, en la permanente disputa que existe entre los uniformados y que en realidad se les fue de las manos? Es una posibilidad.
¿Es parte de la disputa interna que existe entre los sectores de poder de las Fuerzas Armadas?
Lo cierto es que entre periodistas y especialistas en la materia se tiene conocimiento de que el manejo financiero en el sector militar, en particular de los recursos derivados de las misiones militares de los Cascos Azules de las Naciones Unidas, hace mucho tiempo que es muy oscuro.
Son resabios impenetrables de la vieja época. El anterior gobierno de izquierda logró penetrar algo en los cuarteles, en el tema de los derechos humanos, realizando excavaciones y encontrando algunos cuerpos de desaparecidos y documentación.
Algunas cosas, pero no le hincó el diente al manejo financiero de estos recursos extra presupuestales que ahora comienzan a aflorar.
¿Cuanto sabían los mandos? ¿En que medida estaban involucrados? Es simplemente un tema de detalles, nadie con un mínimo de seriedad puede creer que esas maniobras reiteradas y de esos volúmenes se hacían bajo sus narices y a sus espaldas, en una estructura que se precia de ser vertical y de tener una férrea disciplina.
¿Hasta donde funcionará ahora la disciplina que logró mantener la pesada cortina de la "obediencia debida" para ocultar la mayor parte de la información de las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura? ¿También funcionará en los casos de los manejos irregulares del dinero?
Seguiremos preguntándonos. (UyPress)

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