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CAUSA ABIERTA

Secuestros exprés en Montevideo: tres mujeres y dos hombres a prisión; falta el "cerebro" de la banda

Secuestros exprés en Montevideo: tres mujeres y dos hombres a prisión; falta el "cerebro" de la banda

La Justicia envió entre rejas a casi todos los integrantes de la peligrosa banda que consumó varios secuestros exprés contra parejas en las costas de Montevideo, aunque resta la captura de tres individuos ya identificados, uno de ellos considerado el cerebro del grupo delictivo apodado "el porteño". Menores fugados del Inau, delincuentes mayores y mujeres hacían la mezcla explosiva que puso en vilo a la sociedad. Las tres mujeres encarceladas, madre e hijas de 45,  26 y 18 años, eran las encargadas de custodiar a las víctimas durante las horas que duraban los golpes, a quienes les tipificaron el delito de complicidad en copamiento. Asismo, se resolvió la internación del menor de 15 años, detenido el martes junto a los anteriores, a quien se le inicia procedimiento en la ley penal juvenil en calidad de autor responsable de rapiña, copamiento en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de privación de libertad. Un delincuente que vivió cierto tiempo en Buenos Aires y tiene cierto acento "porteño" al hablar -acento que recordaron algunas víctimas luego- podría ser el cabecilla del grupo. O al menos quien trajo el "modelo exprés" y comenzó a reclutar a individuos capaces de cometer este tipo de delito. La mezcla de avezados delincuentes con delincuentes juveniles llamó la atención de los investigadores. De hecho, el primero de los procesados César Alejandro Ferreira Silva (37) contaba ya con varios antecedentes. Este hombre era dueño del rancho en Leandro Gómez y Pasaje A al que varias de las víctimas fueron conducidas en algún momento. El sitio era discretamente vigilado por los agentes de Hurtos y Rapiñas desde hacía algunos días, pero cuando la banda se enteró de que venían pisándoles los talones Ferreira Silva provocó el incendio que destruyó la modesta construcción a unas cinco cuadras de una unidad militar. De hecho, el incendio precipitó todo el operativo de detención ya que entonces los policías temieron que la gavilla intentara borrar rastros o pruebas claves para intentar eludirlos. Sin embargo, cuando Ferreira Silva fue interrogado en los despachos de la Brigada de Asaltos negó su participación en los hechos. Se limitó a reconocer que su rancho había sido utilizado en los secuestros exprés. De todos modos la jueza penal Mariana Motta halló suficientes elementos como para procesarlo como cómplice de un delito de secuestro en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de rapiña especialmente agravado. Entre este rancho y las viviendas ubicadas en la zona de Chacarita de los Padres la banda solía mantener a sus rehenes mientras se apoderaban del botín o directamente copaban sus casas. De todos modos, aún restan muchos elementos para dar por cerrado el caso, admiten los propios investigadores policiales. La pluriparticipación de varios de los integrantes de la banda, o la participación aislada de algunos de ellos, otros eventuales lugares de refugio utilizados por los delincuentes, así como probar que paralelamente a los secuestros exprés los mismos delincuentes cometieron otros atracos. Cabe recordar que algunas de las víctimas declararon más tarde que sus propios vehículos habían sido utilizados por los maleantes para cometer esos atracos.
Fuentes policiales consultadas por El País afirmaron que si bien varios de los detenidos aparecieron en diferentes zonas de Montevideo, se trata de la misma banda con la salvedad de que no en todos los casos actuaban los mismos, sino que se rotaban en cada hecho ilícito. "Se iban formando los grupos sobre la marcha", indicaron altas fuentes policiales, este hecho hizo más ardua la búsqueda de la peligros gavilla.
La madre del joven de 22 años que finalmente recuperó la libertad sobre la noche del miércoles vivió horas terribles desde que se enteró la noticia "por la televisión". Ana tiene 42 años y dijo haber pasado el día en un eterno "sueño terrible". Ella trabaja en la construcción y fue tal el impacto de ver descender a su hijo de la camioneta policial en el Juzgado que perdió el conocimiento, desvaneciéndose en la calle.
Tras una larga espera, Ana sólo repitió durante la tarde que su hijo "es inocente. Trabaja en la construcción, tiene una nena de año y medio y su esposa va a misa todas las semanas". Al momento en que su hijo descendió de la camioneta policial, alcanzó a tocarle la mano y pudo decirle al oído: "Confiá en Dios que todo va a salir bien. Vos sos inocente", le susurró.
Entrada la noche, Ana fue notificada por el abogado defensor de oficio de su hijo, Marcelo Duarte, que L.M.R. había recuperado la libertad. Con lágrimas en los ojos exclamó: "¡Les dije que mi hijo no tenía nada que ver, él es inocente!".
Allegados a una de las víctimas de los secuestros exprés mostraron a El País su conformidad con la captura de los implicados. Más allá de los procesados, un familiar de una de las personas secuestradas agradeció a la Policía por la labor y destacó el "profesionalismo y la seriedad" con la que -en primera instancia- Delitos Complejos y en el desenlace la Brigada de Asaltos trabajaron y llevaron el caso.
Otra de las víctimas consultadas por El País dijo que en ningún momento recibió llamada alguna de la Policía para hacer un reconocimiento de estas personas que fueron procesadas, aunque la noticia fue "tranquilizadora", confesó.
Como víctima del copamiento, dijo que vio las imágenes exhibidas por los medios televisivos y que "ninguno de ellos participó aquel día" en su hogar. Afirmó que las caras de los menores que la abordaron en su vivienda "parecen ser inolvidables", aunque confesó que a medida que pasan los días se convence que le tocó a su familia de "pura casualidad". "Fue fortuito", concluyó.
Indagan a un joven detenido
Un joven de 17 años fue detenido en la tarde de ayer por la Brigada de Asaltos en la zona del Cerro de Montevideo.
Según fuentes policiales, el menor tiene anotaciones por rapiña y en las declaraciones primarias se confiesa como uno de los autores de los primeros secuestros a una pareja de jóvenes.
En el día de hoy será conducido al Juzgado de Adolescentes. Según la Policía, dijo haber actuado con los procesados.
Un delito inédito en el país preocupa al gobierno
La seguidilla de casos comenzó el 3 de julio, aunque el 28 de junio se había registrado uno que seguía los mismos patrones. Desde el punto de vista legal no se considera correcto hablar de "secuestros exprés", toda vez que la figura del secuestro para el Código Penal uruguayo conlleva la privación de libertad con el fin de exigir un rescate. De hecho, se entiende que se trata de rapiñas seguidas de privación de libertad, aunque la misma figura podría caber también para el copamiento. Con un nombre u otro, la ola de secuestros exprés o su variante uruguaya comenzó a preocupar a las autoridades, particularmente al Ministerio del Interior. Ello movió al ministro Eduardo Bonomi a pedir colaboración a la OEA para hacer frente a estos casos. El organismo internacional respondió casi de inmediato con la designación de oficiales de la Policía de Colombia especializados en secuestros exprés, modalidad que cabe recordar se inició en este país y en México durante la década pasada. Estos oficiales, que OEA considera como los más calificados en el mundo en esta materia, vendrán a Uruguay a capacitar a oficiales de la Policía Nacional, en particular de Montevideo. El Ministerio del Interior procurará que este sea el germen de una unidad especializada en secuestros exprés que funcione en la órbita de la Jefatura de Policía de Montevideo, en cuyas manos estuvo la investigación de los casos recientes.

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