La descomunal batalla para apropiarse de Internet

Google y Verizon, el gigante de la telefonía y la televisión de pago, quieren asestar un duro golpe a la neutralidad de Internet. Según 'Financial Times', ambas compañías han acordado un marco que definirá cómo se deben ofrecer los principales servicios en la Red. La respuesta del regulador estadounidense (FCC por sus siglas en inglés) no se ha hecho esperar. Asume que las dos empresas le han tomado la delantera y canceló ayer sus negociaciones con la industria cuando empezaron a filtrarse los detalles de la operación. Cada vez parece más lejana una solución de consenso entre las instituciones y los principales jugadores del mundo digital. El acuerdo entre Google y Verizon es el primer paso de un proceso que podría terminar despojando a Internet de su "libertad y apertura", tal y como las ha definido la Federal Communications Commission. El acuerdo proporcionaría a Google nuevas herramientas para priorizar determinados servicios online, cobrar por su acceso y degradar aquellos que no considerase importantes o estratégicos. Verizon contaría con un software que le permitiría restringir los servicios que reciben los usuarios de sus móviles. Los expertos consultados por 'Financial Times' discrepan sobre si el compromiso de los dos gigantes supone el final de la neutralidad de Internet, que es el marco que supone que todo el tráfico debe ser tratado igualitariamente. Ofrecer distintos servicios con diferentes costes y velocidades es el ideal de la mayoría de los programadores, pero una fórmula menos rentable para las empresas que no pueden ajustarse a las necesidades específicas de sus negocios y sus clientes. Los usuarios de Internet en general también podrían verse afectados a medio plazo. Si las compañías empiezan a cerrar unos acuerdos que encarezcan la oferta de Internet, las conexiones y el acceso de los sitios Web más valorados aumentarán su precio. Además, esos tratos no sólo reducirán la gratuidad que valoran tantos navegantes sino que aumentarán la altura y el grosor de las barreras de entrada para los nuevos negocios que aspiren a conquistar un nicho en el ciberespacio. Todo ello también servirá para hacer más rentables las ideas de los emprendedores y que los consumidores más interesados reciban un servicio por el que merezca la pena pagar.