La española que arropa a todo un país
En el equipo de España en el Mundial sucede algo único. Cada vez que un jugador es sustituído en un partido lo recibe una portentosa mujer, que cual madre viendo a sus hijos regresar del parque, pareciera que los acogerá protectoramente en sus brazos para felicitarlos o consolarlos. Es Silvia Dorschnerova, la delegada de la selección y la única mujer que se ve sentada en el banquillo en el Mundial de Sudáfrica. En un mundo dominado aún por el género masculino, resalta la presencia de esta mujer, quien es la delegada de la selección del país ibérico. Ella se encarga de informar al cuarto árbitro de los cambios a realizar, o de llevarle las alienaciones antes del encuentro. Pero según cuentan fuentes allegadas a la selección española ella es "como la mamá de los jugadores". Dorschnerova es muy querida dentro de la plantilla, por su carácter maternal y por su capacidad humana de conectarse con ellos. Tras la victoria contra Paraguay en cuartos de final, y al resguardo del túnel hacia los vestuarios, esta delegada estaba de pie, vestida de traje sobrio, expectante, esperando a cada uno de los jugadores que venían del campo. A los suplentes les daba una palmada cariñosa. A los que venían sudados y agotados, los recibía con un fabuloso "abrazo del oso" que era inmediatamente correspondido. Un escena maternal y tierna, que revela las entrañas de las relaciones humanas dentro de uno de los principales equipos de la competición. Dorschnerova, sin embargo, es tímida a para el ojo público. Pocas veces ha dado entrevistas, y cuando lo ha hecho no es recordada por lo extendida de sus respuestas, sino más bien por las ganas de salir corriendo. "No habla ni con su madre", recuerda un periodista español. La delegada de la selección español nació en Alemania, padre alemán y madre checa, y llegó la península ibérica de adolescente. En el Mundial de España 1982 dejó la profesión de azafata para trabajar como traductora para la Federación de fútbol del país, debido a su habilidad para los idiomas. Poco a poco fue adentrándose en el mundillo del balompié, hasta que le ofrecieron el puesto de delegada cuando se jubiló Julián del Amo, quien lo ostentó por años. Ello ocurrió en la era del entrenador José Antonio Camacho, en 2002, aunque ya había ido a los mundiales de Estados Unidos (1994) y Francia (1998) como secretaria. Dorschnerova ya ha sido delegada española en las tres últimas Copas del Mundo y se le señala de tener la eficiencia alemana para la organización. Y su género, afirmó en un entrevista concedida a un periodista español en 2006, no ha sido un inconveniente. "No me siento un bicho raro entre tanto hombre. Estoy tan metida en mi tarea que no noto nada extraño a mi alrededor. Me tratan como a uno más". Fuera del terreno, en toda la comparsa española en el Mundial, Dorschnerova no es la única mujer. La acompañada por Paloma Antoranz, encargada de las relaciones con los medios. Aunque es la delegada la que llega a ser más captada por las cámaras involuntariamente cuando juega "La Roja", bien sea porque resalta en medio del monopolio masculino en el terreno, o por la ternura con que recibe al quien acaba de ser sustituido. Uno supone, que por mucha rabia que haya al salir del campo, un abrazo maternal seguramente hará las cosas más llevaderas.
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