Fuego europeo contra un Uruguay amurallado y sereno

La selección uruguaya realizó este domingo su última sesión de entrenamiento en Johannesburgo, en la que los jugadores trabajaron a puerta cerrada, y viaja a Ciudad del Cabo para jugar el martes la semifinal del Mundial ante Holanda, en la que será duda el capitán Diego Lugano. Fue la segunda de las sesiones de trabajo que el equipo que dirige Óscar Tabarez ha celebrado en esta ciudad tras la disputa del encuentro ante Ghana, pero en la del sábado sólo participaron los jugadores suplentes del plantel que obtuvo la victoria ante el conjunto africano. La expectación en el entorno de la selección fue máxima y el conjunto uruguayo pasó de los menos de veinte periodistas que habitualmente cubrían su trabajo en Kimberley a los más de doscientos que acudieron a una multitudinaria conferencia de prensa en el hotel de concentración de la selección, en Johannesburgo. La ausencia de Nicolás Lodeiro es definitiva y se desplazó al entrenamiento junto a sus compañeros con una muleta y el pie enyesado, tras la lesión de base del quinto metatarsiano que el sábado confirmó la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y que le mantiene inmovilizado. Sin embargo, la incertidumbre gira en torno a Diego Lugano, que se tuvo que retirar en el tramo final de la primera parte del partido ante Ghana por un fuerte golpe. Sobre su estado físico, el futbolista apuntó que ya se encuentra "casi sin dolor" y que la decisión de jugar o no jugar se adoptará en el último momento. "Lo importante es ser honesto y entrar en el equipo sólo si estás al cien por cien de tus posibilidades. Hay que estar perfecto para jugar por respeto a los compañeros y por la importancia que tiene el encuentro". Sin embargo, Uruguay tiene reemplazos de gran categoría en todas sus líneas y, amurallado, enfrentará el fuego europeo.
El encuentro Uruguay-Holanda se disputará el martes en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo, víspera de la otra semifinal del torneo que medirá a Alemania y a España.