Uruguay va por su segundo "maracanazo", dice la BBC

Si Uruguay gana el Mundial de Sudáfrica no será la mayor sorpresa que ya ha visto el país en términos futbolísticos. Eso ya sucedió hace 60 años, cuando el equipo uruguayo dejó estupefacto al mundo entero. Fue en la Copa de Brasil 1950, cuando la celeste se midió al anfitrión en el último juego del torneo.
Uruguay en ese momento era uno de los mejores conjuntos en el planeta, pero Brasil era el claro favorito, sobre todo por el apoyo de unas 200.000 personas aglomeradas en el Estadio Maracaná, ese 16 de julio. Se dice que más nunca hubo tanta gente dentro de un partido. Una vez que los locales se fueron arriba en el segundo tiempo muchos daban el resultado por descontado. Incluso hay una leyenda urbana que dice que el entonces presidente de la FIFA, Jules Rimet, se fue a los vestuarios a preparar sus discursos de felicitaciones para los brasileños. Pero la celeste le dio vuelta al marcador con dos goles, el de la victoria con apenas 11 minutos restantes. Cuando se pitó el final del partido se dice que el estadio quedó mudo. Incluso se reportaron suicidios.
El llamado "Maracanazo" fue el punto en que Brasil nunca más vistió de blanco al considerarlo de mala suerte y asumió los colores de la ahora conocida canarinha.
El siguiente paso
Antes de este Mundial sudafricano, Uruguay no era mencionado entre los candidatos al título, ahora no parece tan inverosímil. Y el siguiente paso es vencer a Ghana este viernes.
"En casa la gente siempre espera que ganemos el Mundial cada vez que venimos", señaló una vez el capitán de la "celeste", Diego Lugano.
Cuando se efectuó el primer mundial en 1930, en suelo uruguayo, este conjunto sudamericano era la potencia mundial. Venía de ganar la medalla de oro en fútbol en las Olimpiadas de 1924 en París y las de 1928 en Ámsterdam.
Como locales ganarían el primero de sus títulos y luego en 1950 el segundo. Sin embargo, desde entonces los jugadores de la "celeste" no han podido repetir el éxito de sus antecesores.
De imponerse a Ghana (con quien nunca se han medido en partido oficial de mayores) sería la mejor participación del equipo uruguayo, desde que llegó a semifinales en México 1970.
"No pensamos mucho en eso", dijo a BBC Mundo Diego Forlán.
"Tenemos que seguir trabajando y tomar las cosas paso a paso", apuntó.
Delanteros que atemorizan
Forlán y su compañero de ataque Luis Suárez le han dado a Uruguay algo que no ha tenido en décadas: dos delanteros que atemorizan a las defensas contrarias y que aportan goles. Ambos se incluyen en la lista de mejores goleadores en Europa en la última temporada.
Aunque la "celeste" no depende sólo de su ataque sino del impresionante gasto físico que llega del medio campo a través de Diego "el ruso" Pérez y Egidio Arévalo. El equipo sólo permitió un gol en contra en su cuarta presentación en la competencia.
Uruguay terminó como líder de su grupo y ello le permitió evitar una ruta más espinosa hacia las últimas instancias del Mundial, al ahora no tener que jugar contra Argentina, España o Alemania, sino más bien con Corea del Sur (a quien derrotó) y ahora Ghana.
"Pero no podemos pensar menos de nadie. A veces los equipos que parecen más débiles en el papel son los que más pelea dan", señaló a BBC Mundo el mediocampista "celeste" Álvaro Pereira.
La historia favorece a los sudamericanos por encima de los africanos, pero Ghana jugará como local siendo el único equipo de la región aún presente.
Las llamadas "estrellas negras" sí han chocado con Uruguay en categorías inferiores, en las que se han obtenido dos victorias y un empate en tres partidos.
Sin embargo, de superar a los africanos y meterse en las semifinales el próximo rival puede ser Brasil. La posibilidad de un segundo "maracanazo".