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CAUSA ABIERTA

Uruguay, un guerrero mitad demonio

Uruguay, un guerrero mitad demonio

Argentina se ufana de tener la mejor selección del mundo y da por descontado que sus jugadores levantarán la Copa del Mundo en Sudáfrica. Brasil, siempre a ritmo de samba, clama por tener una final con la escuadra albiceleste para derrotarla. Ambos se sienten, como siempre, los mejores del planeta, y está bien, para algo existe el orgullo nacional bien entendido. Los dos enormes países de América Latina vuelven a ignorar a esa pequeña nación apretujada entre ambos. No hablan de Uruguay porque en realidad "son tan poquitos". Pero, muy adentro suyo no lo hacen porque existe un temor implícito por ese guerrero que, al igual que un demonio mitológico, aparece de tanto en tanto y destroza ilusiones de millones de almas. Uruguay es un país extraño en materia de fútbol. Desde que se hicieron las primeras cuentas siempre tiene apenas tres millones de habitantes, a veces un poquito más, a veces un poquito menos. Pero, por esas cosas del destino tiene el privilegio de haber inaugurado y ganado la primera parada a escala mundial allá por 1930, justamente contra los argentinos. Veinte años después los uruguayos hicieron lo mismo y masacraron a los brasileños en su gigantesca casa. En ambas oportunidades, porteños y norteños tenían la camiseta de campeones del mundo antes del pitazo inicial en cada partido. Así las cosas, los años fueron pasando y Argentina y Brasil se agigantaron y comenzaron a ponerse al día y a ganar campeonatos mundiales. Y lo hicieron muy bien, por cierto. Pasaron seis décadas en las cuáles sólo los cuadros ganaron competencias internacionales, pues la selección uruguaya desapareció de escena. Pero, hoy parece que la historia pudiera repetirse. Lentamente el viejo guerrero con sangre nueva parece ir despertando y su mitad demonio lo puede inducir a hacer cosas terribles como ganar otra final del mundo para que ese pequeño país estalle de nuevo.

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