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CAUSA ABIERTA

La nadadora que pescó al príncipe remolón

La nadadora que pescó al príncipe remolón

Alberto de Mónaco, por fin, se ha decidido a cumplir con su obligación como príncipe y ha anunciado su compromiso matrimonial con la nadadora Charlene Wittstock. Y es que casarse y tener descendencia sigue siendo una cuestión de obligado cumplimiento en las familias reales. El Principado de Mónaco, considerado un paraíso fiscal y una de las zonas residenciales más lujosas del mundo, si quiere seguir existiendo como tal depende, en gran parte, de que la familia Grimaldi mantenga en pie la dinastía. Alberto, que ha defendido su soltería a capa y espada, ha asumido a sus 52 años su deber de príncipe y ha decidido comprometerse oficialmente con la mujer a la que conoció en 2001 y con la que vivía desde hace cuatro años. Ella tiene 32 años. Cuando menos se esperaba, llegó la noticia. "El Palacio del Príncipe anuncia hoy miércoles 23 de junio de 2010 el compromiso de su alteza serenísima el príncipe Alberto II de Mónaco y la señorita Charlene Wittstock". Junto con la escueta nota, en la que no se señala la fecha del enlace, se distribuían unas fotos oficiales de la pareja, tomadas en los jardines del palacio familiar en Montecarlo por Amedeo Turello, fotógrafo especializado en reportajes de moda.
Ella lucía un traje verde atado al cuello que permitía ver en todo su esplendor su espalda de nadadora y, en la mano izquierda, un espectacular anillo de oro blanco y brillantes. A su lado, él, sonriente y vestido con un traje oscuro que ocultaba unos kilos de más.
Un portavoz de palacio explicó que la de ayer fue una ceremonia familiar e íntima por deseo de la pareja. Los preparativos se llevaron en secreto, tanto que nadie el pasado fin de semana en Estocolmo, durante la boda de Victoria y Daniel de Suecia, podía imaginarse que se estaba a punto de anunciar otro enlace.
Lo único que sorprendió en Estocolmo, e incluso fue interpretado como un fallo de protocolo, fue la presencia de Charlene junto al príncipe, ya que a este tipo de ceremonias de alto rango solo se acude con acompañantes "oficiales" y ella todavía no lo era.
Alberto II está al frente del Principado de Mónaco desde el 12 de julio de 2005, tras el fallecimiento de su padre Rainiero. Por aquellas fechas el príncipe ya salía con Charlene. La pareja se conoció en 2001, durante unos campeonatos de natación en Mónaco, donde Charlene, nacida en Zimbabue pero nacionalizada sudafricana, ganó una medalla de oro en la especialidad de 200 metros espalda. Y es que el deporte ha sido un punto de unión para la pareja. Alberto es miembro muy activo del Comité Olímpico Internacional y ella ha sido hasta su retirada, por una lesión, una gran nadadora. Charlene fue olímpica y ganó varios títulos tanto nacionales como internacionales en la modalidad de espalda.
La pareja se dejó ver en público por primera vez en los Juegos Olímpicos de Turín de 2006. Desde entonces, Charlene ha acompañado al príncipe en muchos acontecimientos sociales, como el Baile de la Rosa, el Baile de la Cruz Roja y el Gran Premio de F-1 de Mónaco.
De carácter tímido, la vida privada de Alberto ha sido en el pasado objeto de debate en la prensa más sensacionalista, tanto por sus preferencias sexuales como por sus acompañantes, casi todas actrices y modelos. Pero lo que más sorprendió fue que, tras ascender al trono, el príncipe reconoció dos hijos: un niño nacido de una relación con la azafata Nicole Coste llamado Alexandre Coste, y una niña, Jazmín Grace Rotolo, que tuvo con Tamara Rotolo. Los pequeños viven con sus madres y nunca han sido fotografiados con su padre pese a que este mantiene relación con ambos. Cuando reconoció su paternidad, Alberto dejó claro que ninguno de los dos niños formaban parte de la línea de sucesión.
Hasta ayer era Carolina, su hermana mayor, la que ejercía de primera dama del Principado de Mónaco, y el hijo de esta, Andrea, era el que estaba llamado a suceder a su tío. Pero ahora, si Alberto y Charlene tienen hijos la línea de sucesión cambiará en favor de los hijos de la pareja.
Se estima que la fortuna personal de Alberto II asciende a 1.000 millones de dólares (más de 800 millones de euros) y a 2.500 millones de dólares (unos 2.000 millones de euros) la de la familia Grimaldi. Mónaco, además, se ha afianzado en los últimos años como un destino de millonarios de todo el mundo que buscan los amplios beneficios fiscales que les da vivir en el Principado. (El País de Madrid)

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