Blogia
CAUSA ABIERTA

Los príncipes del amor

Los príncipes del amor

En privado y acompañados por sus hijas, las Infantas Leonor y Sofía. Así celebrarán los Príncipes de Asturias su sexto aniversario. Un día que nada tendrá que ver con el que vivieron hace seis años, cuando protagonizaron la primera boda real que se celebraba en España en 98 años y la lluvia bañó a un Madrid entregado a sus Príncipes y ansioso de compartir alegrías que le aliviaran como un bálsamo las terribles heridas del 11-M. Para cualquier pareja, ese hubiera sido un momento íntimo y familiar; en el caso de Don Felipe y Doña Letizia su matrimonio pasaba a formar parte de la historia milenaria de la Monarquía española. Pero, por encima de todo, era una boda por amor.
Aquel día se enterraron para siempre años de presiones, rumores y debates sobre la prolongada soltería del Príncipe, pero se abría una nueva incógnita sobre si la novia reunía o no las condiciones necesarias para ser primero Princesa de Asturias y, algún día, Reina de España. Por mucho que Don Felipe hubiera asegurado que había logrado conjugar la razón de Estado con el amor, era comprensible que en algunos sectores de la sociedad española hubiera dudas sobre su elección. Había quien pensaba que el Príncipe, cegado por el amor, no estaba en condiciones de discernir. Aquellos meses, Madrid era un hervidero de chismes y cotilleos, que el tiempo se encargó de diluir. Ahora, seis años después, los españoles conocen mucho mejor a Don Felipe y Doña Letizia, y los rumores ya no se sostienen tan fácilmente como ocurrió durante los primeros años del matrimonio. En este tiempo, los Príncipes se han ido labrando una imagen que nada tiene que ver con la de otros Herederos extranjeros. El mejor ejemplo de lo que ellos quieren transmitir son sus últimas fotos institucionales, obra de Dany Virgili, en las que Don Felipe y Doña Letizia aparecen con trajes de chaqueta y, en el caso del Príncipe, también con los uniformes militares. En estas imágenes, los Príncipes han evitado con toda intención los vistosos trajes de gala y las tiaras, que reservan para ocasiones muy especiales, como son las cenas de Estado y contadas ceremonias. Ni cuentos de hadas ni sueños palaciegos, Don Felipe y Doña Letizia han dejado bien claro con esas imágenes que son unos Príncipes con los pies en la tierra, y que la tierra no está precisamente en su mejor momento.
El deseo del Heredero de la Corona y su mujer es simplemente ser útiles a los españoles y, para eso, en los seis años de matrimonio, han pasado más tiempo en la calle que en los salones de Palacio. Don Felipe y Doña Letizia se han reunido con grandes mandatarios de todo el mundo y con importantes empresarios, pero también han recorrido los cinturones urbanos, donde vive la inmensa clase trabajadora, y han mantenido encuentros con pequeños profesionales y autónomos, con escritores y con científicos, con profesores y alumnos. En su condición de Príncipes, lo fácil es estar cerca de los poderosos, pero ellos han buscado también a los sectores más frágiles de la sociedad: a las víctimas del terrorismo, a los discapacitados y los enfermos, y siempre han procurado acudir allí donde ocurriera una tragedia para compartir el dolor de los españoles.
En estos seis años, Don Felipe y Doña Letizia no han contado con el apoyo generalizado de la prensa que sí tuvo el Rey. Por el contrario, desde el primer momento han tenido que convivir con una rumorología dañina que sólo el tiempo se ha encargado de desmontar. Se llegaron a publicar falsedades como que su primer hijo había sido fruto de una inseminación artificial y que se eligió el sexo para que fuera varón, infundio que el nacimiento de Leonor desmintió. También se divulgaron supuestos problemas de salud de la Princesa y de sus dos hijas, completamente falsos, y cada cierto tiempo surge una nueva tanda de rumores elevados a la categoría de noticia que, una vez más, caen por su propio peso. Lo que está claro es que ellos quieren ser unos Príncipes próximos a la sociedad y continuar con el modelo inventado por los Reyes, quienes han conseguido que la Corona sea una institución útil al servicio de España y querida y respetada por los españoles. Para ello, Don Felipe y Doña Letizia se han volcado en estos seis años en una intensa actividad muy cercana a los ciudadanos y han intentado compartir con ellos sus esperanzas y acompañarles en los momentos más difíciles. No son unos Príncipes a la espera de reinar, sino una pieza más en el engranaje de la Corona al servicio de España.

0 comentarios