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CAUSA ABIERTA

En Latinoamérica se pone de moda ser virgen

En Latinoamérica se pone de moda ser virgen

La idea de conservar la virginidad crece en Latinoamérica. Ya sea por moda o convicción. 'Virgen hasta los labios', 'Vírgenes hasta el matrimonio' y 'Vírgenes de Bogotá' son algunos de los casi cien grupos en Facebook creados en Colombia para promover la virginidad. Cada día más cirujanos plásticos aseguran poder reconstruir su himen y dejarla como nueva. Y el canal de televisión VH1 acaba de lanzar el documental The New Virginity y lo describe como una curiosa 'contrarrevolución'. La virginidad está de moda otra vez y Colombia no es ajena a un fenómeno que no deja de sorprender por el culto al sexo en el que vivimos. Todavía podemos recordar la imagen de la sensual y aniñada Britney Spears cuando le aseguró al mundo que su objetivo en la vida era conservar su virginidad al máximo. Aunque velozmente pasó de decir que no la había perdido a los 18 sino a los 14 años, eso no evitó crear una tendencia en miles de jóvenes que la vieron como guía.
A esta estrella se le sumaron figuras como los Jonas Brothers y Hannah Montana, que además de gritar a los cuatro vientos que eran sexys también decían estar 'enteritos'. Hoy, cuentan con miles de fans.
Claramente, esta postura frente a la sexualidad ha sido usada por los políticos más tradicionales, a quienes les sirve el ejemplo de estos famosos para promover la abstención como método anticonceptivo. En su momento, el gobierno de George W. Bush les giró millones de la chequera pública a numerosas iglesias para dicho fin. Y el propio Álvaro Uribe pronunció la inolvidable frase de "Aplacen el gustico, muchachos".
Jóvenes convencidos
Lo cierto es que no todos los jóvenes que le cantan a la virginidad lo hacen por las mismas razones. Estefany Gutiérrez, una paisa de 20 años, lidera desde Medellín 'Vírgenes hasta el Matrimonio', un grupo que cuenta con 300 miembros, 66 de los cuales son hombres. Algunos son evangélicos como ella, pero también hay católicos y hasta un ateo. Aunque le parece extraño que posiciones tan diferentes se junten, tienen una causa común.
Para ella la virginidad va más allá de la clásica ruptura del himen (tejido que cubre la abertura hacia la vagina): "No solo es algo del cuerpo, es el acto de amor más sublime y una manera de agradar a Dios - asegura-. Encima te estás protegiendo de enfermedades venéreas y rebelándote contra una sociedad que está viendo a la mujer como objeto sexual".
Para Manuel Fernando Becerra, estudiante de economía de 24 años y parte de 'Vírgenes de Bogotá', la razón de su conducta es distinta. Aunque perdió la virginidad a los 13 y era el típico caso de quien fue llevado a las prostitutas por el papá, para "ser varón", decidió hacer un cambio radical en su vida y hoy usa la abstención como método anticonceptivo. Lamenta no haber perdido su virginidad con una novia o alguien especial, por lo cual dice que el sentido de aplazar la virginidad es garantizar que la pérdida sea "con la persona indicada".
¿Por qué pasa?
Puede ser una reacción a la saturación por tal cantidad de imágenes sexuales que circulan en los medios masivos, en la calle, en el cine, en la música, en todas partes. También, la inspiración de algunos de estos grupos se funde en una mezcla ecléctica entre las aspiraciones virginales de íconos de moda como Britney, Jonas, Adriana Lima o Miley Cyrus, con las influencias de movimientos como el Streight Edge -hijo del hardcore punk de los 90-, que promulga la vida sana (no drogas, no alcohol, vegetarianismo, no sexo) y credos conservadores de bautistas, católicos, judíos, islámicos y evangélicos, que por siglos han promovido la virginidad.
Pero sin duda, también hay que admitir que hoy el concepto de virginidad es amplio. Hay pro vírgenes que aceptan toqueteo y masturbación, mientras que hay otros, como Estefany, que no admiten ni siquiera ver pornografía o "besitos de lengua".
¿La solución al llamado de las hormonas? "Relajarme y ver que todo llega a su momento", dice ella. Aunque reconoce que la curiosidad hace que muchos pro virginidad tiendan a casarse más jóvenes de lo planeado.
Para Fabián Sanabria, antropólogo y sociólogo, "todos tenemos que creer y pertenecer a algo", y esta generación "líquida, digital y particularmente aséptica no es la excepción".
Lo sospechoso para él es que sea proselitista. "Le creo más al que es virgen y no lo promociona que al que lo hace público". Para él, socialmente, vale la expresión 'dime de qué alardeas y te diré de qué careces', sobre todo en una época de saturación de imágenes sexuales.
En cuanto a la médica sexóloga de Profamilia Nereida Lacerna, "si la virginidad se impone por razones culturales o religiosas, limita el ejercicio de los derechos sexuales y desconoce que somos seres sexuados, que desde que nacemos necesitamos, sentimos y fantaseamos por el sexo; pero si es una opción voluntaria y consciente es válida, bienvenida. Tenemos derecho a decidir cómo y cuándo ejercemos nuestra sexualidad".
No obstante, hay quienes tienen sus reservas por el fenómeno y lo ven más como una moda en la que se aprovechan de la culpa de algunas personas (ver recuadro) e incluso se burlan de la decisión de estos vírgenes. Basta ver los grupos de Facebook como 'Mi Papá no me deja perder la virginidad'; 'Perdí la virginidad en Transmilenio' o el irreverente 'la Virginidad da cáncer, yo las vacuno'.
Roberto Palacio, autor del libro Pecar como Dios manda, filósofo y etólogo, considera que "cuando las personas se abstienen de algo tan fundamental como el sexo todo lo empiezan a sexualizar".
Amanecerá y veremos. Una pista... el propio programa de televisión de VH1 sobre la Nueva Virginidad termina con lo siguiente: "No importa a cuántos bailes de pureza fuiste o cuántos anillos de pureza usaste, si es solo una tendencia al final se impondrá lo que dicta la biología: querer tener sexo".
La segunda virginidad
Hoy hasta quienes han perdido su virginidad tienen opciones de recuperarla espiritual y quirúrgicamente a través de una himenoplastia o reconstrucción del himen. Hay médicos en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Cúcuta que realizan este trabajo. La sexóloga Nereida Lacerna cuenta que deciden reconstruirse el himen por la culpa de haber tenido relaciones prematrimoniales. Jorge García, ginecólogo y experto en himenoplastia, asegura que el 95 por ciento de su clientela son mujeres adultas, aunque cuenta con un amplio rango de edades: de 20 a 42 años. García practica alrededor de cuatro cirugías por mes, en Bogotá, lo que le ocupa todo su tiempo. (El Tiempo)

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