«No sé cómo llegué aquí. Me duelen mucho las piernas. Quiero irme a casa», dice el niño milagro

Ruben van Assouw no recuerda nada del accidente. Lo ha contado al despertarse en el hospital de Trípoli donde se encuentra ingresado como único superviviente del accidente aéreo en el que fallecieron 103 personas. «Mi nombre es Ruben y soy de Holanda», responde a la llamada telefónica de un reportero del diario holandés Telegraaf, único que ha conseguido hablar hasta ahora con él. «Estoy bien, pero me duelen mucho las piernas», ha explicado a través del móvil de uno de los doctores que lo atiende. «Hay hombres y mujeres aquí. No sé cómo llegué a este lugar. No sé nada más», explica Ruben, que indica que lo único que realmente quiere es «volver a casa». El niño, de tan solo nueve años, viajaba junto a toda su familia en el Airbus de la compañía Afriqiyah que les traía de vuelta de un safari en Sudráfrica. Sus padres, Patrick y Trudy, celebraban su aniversario de boda. Ambos fallecieron junto con el hermano mayor de Ruben, Enzo. Los médicos han indicado que Ruben, quien ha recibido la visita del presidente libio, Muamar el Gadafi, podrá volver a su país en los próximos días. Ya le acompañan sus tíos Jeron e Ingrid, con los que viajará de vuelta a Tirburgo, su ciudad de origen.