110.000 millones de euros para sacar a Grecia del pozo
Los países de la Eurozona aprobaron el domingo un plan de ayuda sin precedentes en el mundo para Grecia, de 110.000 millones de euros, que será cofinanciado por el FMI, tras darse por satisfechos con las drásticas medidas que Atenas prometió adoptar para reducir su colosal déficit. "Hemos decidido activar el plan de apoyo a Grecia", informó el jefe de los ministros de Finanzas de la Eurozona, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, tras una reunión mantenida en Bruselas. La ayuda sumará 110.000 millones de euros durante tres años (146.000 millones de dólares), de los cuales 80.000 millones serán aportados en forma de préstamos bilaterales por los socios de la zona euro y el resto, por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para 2010, los europeos destinarán 30.000 millones de euros y el FMI otros 15.000 millones y las primeras transferencias deberían tener lugar antes del 19 de mayo, cuando Grecia debe hacer frente a unos vencimientos de su deuda por valor de 9.000 millones de euros.
La decisión de activar el plan de rescate llegó después de seis meses de dubitaciones en el seno de la Eurozona y sólo unas horas después de que Grecia presentara un severo programa de austeridad, negociado en Atenas con las instituciones europeas y el FMI.
El objetivo es doble: evitar la quiebra de Grecia, asfixiada por una deuda que supera los 300.000 millones de euros e incapaz de asumir unas tasas de interés prohibitivas para tomar prestado en los mercados; y devolver la estabilidad a la Eurozona.
Pero el precio será elevado. El plan supera cualquier monto de ayuda internacional aprobado anteriormente, inclusive durante la crisis que vivió Argentina en 2001 o durante el 'crack' asiático de los años 1990.
Los ministros decidieron dar ese paso tras dar por bueno el programa de ahorro griego, que pretende recortar su explosivo déficit público que se acerca al 14% del Producto Interior Bruto (PIB) hasta el 3% para fines de 2014.
Desde Berlín, la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, calificó de "muy ambicioso" el plan de austeridad, admitiendo que la ayuda internacional que le acompañará es "la única forma de garantizar la estabilidad del euro".
Alemania --el país más reticente a pagar por una crisis presupuestaria que muchos achacan a la mala gestión y a la corrupción-- ha acabado cediendo al nerviosismo de los mercados por la eventualidad de una quiebra de Grecia y el riesgo de contagio a otros países como Portugal y España.
No obstante, Berlín dejó claro el domingo que espera que Atenas aplique el programa de ahorro "al pie de la letra", al igual que el Banco Central Europeo (BCE), que quiso dejar claro que el país heleno no debe bajar la guardia.
"Las autoridades públicas deben estar preparadas para tomar las medidas suplementarias que sean adecuadas para alcanzar los objetivos" del programa de austeridad, señaló el BCE.
Las medidas de ahorro incluyen la supresión de los aguinaldos para los funcionarios públicos y los jubilados y un aumento de uno a dos puntos del IVA.
"Se trata de sacrificios duros pero necesarios sin los cuales Grecia iría a la quiebra", declaró el primer ministro griego, Giorgos Papandreou.
El ahorro "sumará 30.000 millones de euros en tres años" además de los 4.800 millones ya anunciados para 2010, explicó por su parte el ministro griego de Finanzas, Giorgos Papaconstantinou.
La recesión complica no obstante el saneamiento de las finanzas.
En 2009, Grecia registró una recesión de -2% y en 2010 será de -4%, en vez de la estimación inicial de -2%.
Los sindicatos opuestos al plan de austeridad convocaron una huelga general para el próximo miércoles, la tercera en menos de tres meses.
Las medidas son las "más injustas y las más duras" de la historia de Grecia, estimó la gran asociación sindical griega del sector privado, la GSEE, llamando a "intensificar el combate social".
También los representantes sindicales de los trabajadores que saldrán más perjudicados, los funcionarios, emplazaron a emprender acciones para "bloquear" lo que consideraron medidas "antisociales".
Por otro lado, con el fin de "concluir el proceso" de ayuda y "extraer las primeras conclusiones de la crisis de gobernabilidad en la Eurozona", falta de una verdadera política de coordinación, sus 16 jefes de Estado y de gobierno se reunirán en cumbre el próximo viernes en Bruselas, anunció el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy.
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