Dos gladiadores españoles en Roma
Al fin de una tarde de fuego, en el Masters del Foro Itálico sólo quedaban en pie dos gladiadores del tenis. Dos estatuas de bronce, del color de la tierra: Rafa Nadal y David Ferrer. Nadal juega hoy (16:00 horas) su final número 50 en la ATP, y aspira a igualar la marca de Agassi en títulos de Masters: 17. Para Ferrer, ésta de Roma es su primera final de Masters. Ferrer templó y frenó la gran estampida de Verdasco, que se dejó sus reservas en un arranque explosivo: 5-1. Pero las piernas de Verdasco fueron clavándose en la arena como si el Campo Centrale del Foro tuviera balsas de cemento húmedo. Ferrer, guerrillero, se apostó al acecho y bajó de la ladera cuando la dilgencia de Verdasco empezó a atascarse. Desde ese 5-1 para Verdasco, un parcial de 10-1 dejó a Ferrer con marcador de 7-5 y 4-1. Había sentenciado el primer set, el segundo... y el partido. Pero quedaba Nadal. Queda Nadal. Nadal, que se vio sitiado por el cañoneo plano de Ernests Gulbis, pese a despachar el primer set con un break de salida: 6-4. Pero Gulbis empezó a sacar metralla a velocidades entre 215-220 km. Nadal vaciló: resistir o atacar. Huir, jamás. Sobre la vacilación de Nadal, Gulbis cargó y disparó: 3-0 en el segundo set, que sepultó con 6-3. Nadal miró al rojo crepúsculo y la roja arena. ¿Huir, rendirse? No: resistir. Nadal excavó catacumbas bajo el revés de Gulbis. Y Gulbis (50 winners) empezó a dudar: Nadal estaba en todas partes... y en ninguna. Con 5-4 en el tercer set, Nadal olió sangre. Y remató al letón. Dos estatuas españolas de bronce presiden el Foro. Hoy sólo quedará una.
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