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CAUSA ABIERTA

Con música y baile, una obra argentina recrea la juventud de Juan Pablo II

Con música y baile, una obra argentina recrea la juventud de Juan Pablo II

La pasión por la actuación, la vinculación con la resistencia polaca contra el régimen nazi y la breve relación con una mujer que le roba un beso fugaz en la ficción son algunas pinceladas de la "inmaculada" juventud de Juan Pablo II retratada en un musical estrenado en Buenos Aires. Lejos de polemizar con la Iglesia, la obra argentina "Wojtyla, el musical" busca "homenajear" a Juan Pablo II con más de una veintena de canciones y coreografías acompañadas de proyecciones sobre el desaparecido Pontífice.
Ni sacerdotes ni miembros de entidades católicas quisieron perderse el pre-estreno de la obra, que se podrá ver hasta finales de mayo en el teatro Del Globo de Buenos Aires, para luego contemplar otros horizontes, como Perú, México y España, según anticiparon a Efe fuentes de la producción, en la que participan el productor del musical Tito Garabal, ex portavoz del Episcopado local, y la asociación católica Areópago.
Durante más de dos horas, la obra recrea la vida de Karol Wojtyla -interpretado por Andrés Bagg- entre los 28 y 58 años, edad en que se convirtió en Juan Pablo II dejando atrás su pasado de actor y docente universitario.
En un intento por mostrar "el lado humano" del joven Wojtyla, el guión refleja los cuestionamientos de "Lolek" -como era conocido- a Dios en medio del "dolor" por la invasión nazi de su país y la relación con su amiga Halina, quien logra robarle un beso en la ficción al confesarle su amor no correspondido.
Repasa también la relación con su padre enfermo y con sus amigos del grupo de teatro en el que participaba, varios de ellos víctimas del nazismo.
La producción muestra además la relación del religioso con su amigo judío Jurek, quien decide sumarse a la resistencia armada contra el régimen nazi pese a la oposición del pacífico Karol, quien creía que era "el momento de la palabra".
Sobre el escenario, Wojtyla desafía con frases del "padre" del comunismo, Karl Marx, a un dirigente nazi y convence a un polaco ligado al régimen de que no lo asesine, de acuerdo al guión de los argentinos Marcelo Kotliar y Chacho Garabal.
En el segundo acto de la obra, dedicado a su vida religiosa hasta ser designado Papa, Wojtyla se calza el traje de sacerdote, deja atrás las reuniones clandestinas con sus alumnos universitarios, prohibidas por el nazismo, y no vuelve a dar pasos de baile.
El musical, que cuenta con unos 20 actores y 200 piezas de vestuario en escena, "plasma la búsqueda de su vocación, la guía que recibe de una monja amiga y varias señales que apuntan a que tome la decisión de ser seminarista y finalmente nombrado cardenal", resume en declaraciones a Efe el director general del musical, el argentino James Murray.
Según Murray, "es muy apasionante la vida previa al papado de Juan Pablo II", fallecido el 2 de abril de 2005 en Ciudad del Vaticano tras conducir los destinos de la Iglesia católica durante más de 26 años.
"La historia de Polonia, además, juega un gran ingrediente en su vida. Por eso se buscó dar pinceladas de cómo era el nazismo", señala el director general de la obra, con música del argentino Ángel Mahler.
Para lograrlo, la producción recurrió a vídeos que muestran a Polonia bajo el régimen nazi y soldados alemanes dando rígidos pasos de baile al frente de coreografías sobre el escenario.
"Los ensayos, que se extendieron unas seis semanas, fueron muy duros. No fue fácil incluir coreografía en esta obra que no parezca forzada y encontrar al actor que encarne a Wojtyla", admite Murray, quien asegura que el musical ofrece "una mirada diferente" de la retratada en las "ya vistas biografías musicales" sobre Juan Pablo II.

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