Conmoción en España: una niña murió desangrada y se sospecha que una compañera cubana le cortó una de las muñecas
Poco a poco se van conociendo nuevos detalles que desentrañan la misteriosa muerte de Cristina Martín de la Sierra, la menor de 13 años vecina de la localidad toledana de Seseña cuyo cadáver fue encontrado por una patrulla de la Guardia Civil en un foso junto a una fábrica abandonada de yeso, cuatro días después de su desaparición. La autopsia practicada al cuerpo de la niña, ayer en el Anatómico de Toledo, reveló que Cristina murió desangrada a causa de varios cortes en una muñeca, lo que indica que sufrió una muerte violenta, indicaron fuentes cercanas a la investigación, que sigue bajo secreto de sumario. Por el momento, se desconoce cómo se produjo la herida, si fue con un arma blanca o tal vez en una caída.
La adolescente detenida por su presunta relación con la muerte de Cristina es una joven de 14 años y de origen cubano, compañera de clase de la víctima, que pasará hoy a disposición de la Fiscalía de Menores, que prevé solicitar al juez de Menores de Toledo el internamiento.
La Ley del Menor establece que a los mayores de 14 años y menores de 18 se les podrá aplicar una medida cautelar de internamiento por un tiempo máximo de tres meses prorrogable durante otros tres.
Según algunas alumnas del instituto Margarita Salas, al que ambas asistían, Cristina y la arrestada ya se habían peleado en otras ocasiones. La rivalidad entre ellas se perfila como un posible móvil del homicidio, ya que al parecer habían quedado la mañana de los hechos en la antigua yesera para pelearse.
La familia de Cristina no conocía a la menor detenida, hasta el momento, única acusada del crimen, y la última persona con la que la niña tuvo algún contacto. El rastreo de los movimientos del teléfono móvil de la víctima puso a los investigadores de la Guardia Civil sobre la pista de la presunta homicida. Cristina recibió una llamada suya desde el teléfono de su padre cuando se encontraba con su madre, Pilar, en el mercadillo de Seseña, que se celebra los martes. Así, en esa comunicación se citaron a las once de la mañana para dirimir sus diferencias. La madre de Cristina le advirtió de que no se retrasara en volver a casa, y le recordó que seguía castigada por las malas notas del último trimestre. Llegó la hora de comer, pero la joven no regresaba. A las cinco de la tarde, su padre, Francisco, acudió al cuartel de la Guardia Civil a denunciar su desaparición. La niña no se había llevado ni dinero ni documentación, por lo que su padre siempre afirmó que no se había ido voluntariamente, sino que se encontraba «retenida» por alguien.
Los amigos de Cristina la describen como una joven de carácter fuerte y «mandona», aunque otras voces aseguran que algunos niños se burlaban de ella en el recreo y la empujaban. Los guardias civiles interrogaron a la principal sospechosa en tres ocasiones antes de la detención. La primera vez negó saber nada al respecto; en la segunda, admitió que se habían encontrado pero dijo que no se acordaba de nada, y finalmente, confesó que ambas se habían pegado y que Cristina se había caído y sufrido un mal golpe.
Todo apunta a que fue la propia joven la que condujo a los guardias civiles hasta el lugar donde apareció el cadáver, una cantera de yeso a las afueras de Seseña, donde suelen reunirse los adolescentes del municipio, que ya había sido rastreado con anterioridad. El cuerpo se encontraba en un hueco con forma de sifón invertido. En las próximidades localizaron pañuelos manchados de sangre y una diadema de la víctima.
Única implicada
Los investigadores no descartan que la joven detenida fuera la única implicada en la muerte. «Tal y como sucedieron los hechos no tiene por qué haber recibido ayuda; lo pudo hacer sola». Tras practicarle la autopsia, el cadáver de Cristina Martín fue trasladado ayer desde el Instituto de Medicina Legal de Toledo, donde se le realizó la autopsia, hasta el tanatorio de Seseña, localidad que vivió el primero de los dos días de luto oficial decretados por el Ayuntamiento y donde hoy, a las 12.00 horas, se celebrará el funeral en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
El alcalde de Seseña, Manuel Fuentes, hizo un llamamiento a la «prudencia» para que la gran asistencia que se espera al entierro de la niña «no desluzca» un acto que tiene que ser emotivo.
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