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CAUSA ABIERTA

En la Unión Europea manda Alemania

En la Unión Europea manda Alemania

La canciller alemana, Angela Merkel, impuso sus condiciones en el plan de ayuda a Grecia aprobado por los de la Eurozona, obligando al presidente francés, Nicolas Sarkozy, a ceder y dejando al jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en un rol secundario pese a ostentar la presidencia rotativa de la UE. Integrada por 16 países, la zona euro asistió finalmente una vez más en la primera jornada de la cumbre de la UE a un acuerdo previo de sus dos grandes potencias, Alemania y Francia, que el resto terminó ratificando casi sin modificaciones, a excepción de la cuestión del "gobierno económico de la UE". Pero incluso dentro de esta lógica de liderazgo del tradicional motor franco-alemán de la construcción europea, también ha habido una parte que se ha salido con la suya y otra que ha intentado limitar las pérdidas.
Muy criticada antes de la cumbre por la posición egoísta de la primera potencia económica europea, Merkel cumplió con su doble objetivo de lograr un acuerdo que dé tranquilidad a los mercados y mantener una posición dura que le permite volver a casa sin dar la impresión de haber aceptado pagar los platos rotos de los griegos.
El plan, basado en la creación de un marco europeo de préstamos bilaterales y con una ayuda "sustantiva" del Fondo Monetario Internacional (FMI), sólo será activado como "último recurso", en conformidad con las exigencias de Alemania para dar su visto bueno.
"Creo que Europa ha demostrado su capacidad de actuar sobre una cuestión importante (...) Obró en favor de la estabilidad del euro y mostró su solidaridad hacia países en dificultades", declaró Merkel este viernes.
Para la prensa alemana, la victoria de Merkel no deja de ser "amarga", ya que la canciller ha pasado de ser ’Miss Europa’ a la ’Señora No’, comparada incluso por algunos con la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.
En cuanto a Sarkozy, aceptar la participación del FMI -algo a lo que se oponía el Banco Central Europeo (BCE) y la mayoría de los países de la Eurozona- fue el único modo de evitar que la cumbre se saldase con un fracaso que hubiese sido inaceptable vista la situación de creciente fragilidad de la moneda única.
"Hubo que encontrar un punto medio. El presidente del BCE tenía una posición bastante firme, el presidente de la Comisión (Europea, José Manuel Durao Barroso) también y Francia ha intentado consensuar los puntos de vista", matizó con realismo Sarkozy.
De su lado, Rodríguez Zapatero tuvo que aceptar un papel secundario, lejos quizás del protagónico que esperaba cuando asumió la presidencia rotativa de la UE en enero pasado, opacada ya por la entrada en vigencia del Tratado de Lisboa y la asunción del presidente permanente del bloque, el belga Herman Van Rompuy.
Si bien Zapatero se había entrevistado el martes en París con Sarkozy para afirmar que su país y Francia compartían "una visión sobre la necesidad de fortalecer el gobierno económico europeo", lo cierto es que la cuestión se terminó resolviendo en una bilateral entre el presidente francés y Merkel.
Francia y España tuvieron problemas incluso para tratar de hacer pasar su controvertida propuesta de "gobierno económico de la UE", que fue rechazado por Gran Bretaña y provocó fuertes reservas en países como Irlanda y Holanda, según algunos diplomáticos.
La formulación de este concepto, defendido arduamente por Francia desde hace varios años, obligó a una pirueta en las versiones en inglés y español del documento aprobado por los 16 miembros de la Eurozona.
La versión inglesa del documento se refiere únicamente a "gobernanza económica", término menos fuerte que el de "gobierno", una "cuestión de sensibilidad", según Van Rompuy.

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