"Me fui a la cama con Edwards el día que lo conocí", cuenta la amante del político demócrata que cayó en desgracia

Excepto John Edwards, el atribulado político demócrata que se presentó a las elecciones presidenciales del 2008, todos los personajes involucrados en su sórdida relación extramatrimonial ya han hecho su particular agosto con la historia. La última en dar su versión, y engrosar su cuenta corriente, ha sido Rielle Hunter, la documentalista con quien Edwards tuvo una hija secreta... hasta que la prensa lo descubrió.
Hunter ha concedido una entrevista, acompañada de varias fotos picantes, en la que cuenta su versión de los hechos. Por ejemplo cuenta que entre los dos hubo una conexión inmediata cuando se conocieron en un hotel de Nueva York en 2006. Esa misma noche, confiesa, ya se acostaron juntos.
“De hecho, esa primera noche me dijo, 'Enamorarme de ti, podría joder mis planes de ser Presidente'”, declara Hunter.
Afortunadamente para el Partido Demócrata, eso no fue así, y pues correspondió a los votantes frustrar sus aspiraciones políticas antes de que se destapara el escándalo, en plena campaña entre John McCain.
Sin embargo, no especifica cuál es su actual relación con Edwards, al que siempre llama “Johnny” en la entrevista.
El político se acaba de divorciar de su esposa, y se enfrenta a un proceso judicial por haber utilizado dinero de su campaña para comprar el silencio de Hunter. Lo que sí asegura es que Edwards está dispuesto a ejercer de padre de la pequeña Quinn, de dos años.
“Yo sé que me ama. Nunca he tenido ninguna duda de ello”, confiesa Hunter, de 44 años, al magazine 'GQ', en una entrevista exclusiva. “Nos amamos mucho. Y eso no ha cambiado, y creo que no lo hará hasta que la muerte nos separe”.
Lo que sí cuenta Hunter es que está ayudando a Edwards a llevar una “vida en la verdad”, dejando atrás su propensión a mentir, y a ser infiel: “Todo el mundo dice que Johnny ha caído en desgracia. En verdad, él ha caído en un mundo de gracia”.
Sobre el dinero que recibió por parte de Edwards a través de Andrew Young, un admirador de Edwards que se prestó a esconder el idilio del político ante la prensa declarándose el padre de Quinn, Hunter dice que lo consideraba en “regalo de Young”.
“Durante unos seis meses, empezando en mayo del 2007, Andrew me ponía algunos meses 5.000 dólares en la cuenta, otros 6.000. Me dijo que era un regalo. No tenía ni idea de dónde venía “, dice intentando lavar su imagen. “Andrew me dio el dinero porque sentía que yo no debía utilizar mi propio dinero para viajar a ver a Johnny... Él fue seductor en la forma cómo llevó las cosas”.
Si Hunter pretendía mejorar su imagen pública con esta entrevista, en la que asegura no ser una “rompedora de hogares” porque el matrimonio de Edwards ya hacía aguas desde años atrás, le salió el tiro por la culata. Y todo por las fotos “sexys” que acompañan el reportaje.
En una sale sentada en la cama, vestida sólo con una camiseta de manga corta, y un collar de perlas. En otra, también ligerita de ropa, sostiene a su hija entre sus brazos.
Tras publicarse la entrevista, Hunter ha confesado que ha llorado al ver las fotos, que ha calificado de “repulsivas”. Probablemente, entonces se habrá dado cuenta de que esas poses no eran las más adecuadas para alguien que quiere lavar su imagen pública de mujer de moral relajada.