Un religioso encarcelado en Chile filmó cómo abusaba de 15 menores en España
José Ángel Arregui Eraña, un religioso español miembro de la congregación de los Clérigos de San Viator, está en prisión tras ser detenido en Chile por posesión de pornografía infantil. La justicia española investiga ahora a Arregui, profesor de 53 años, porque también filmaba su propio material en el que aparecen presuntos abusos sexuales contra al menos 15 menores españoles. Todas las imágenes fueron grabadas en España, según consta en las diligencias del caso. En tres colegios en los que Arregui dio clase. El juzgado de instrucción número 9 de Madrid es el que ha abierto diligencias sobre el caso. El imputado se encuentra desde agosto de 2009 en prisión preventiva en Santiago de Chile. El superior provincial de la Congregación de los Clérigos de San Viator en Madrid, Pedro Lahora, asegura que sus miembros no conocían las actividades de Arregui. Que nunca hubo denuncias contra él. Lahora añade que la comunidad religiosa se ha puesto a disposición de las autoridades, tanto chilenas como españolas, para esclarecer los hechos. "Estamos consternados", dice. También han informado a los superiores de la orden y al Arzobispado de Madrid, explica.
Arregui fue detenido en agosto del año pasado en la capital chilena. La policía de ese país, que investigaba las entradas y salidas de varias comunidades pedófilas en Internet, localizó que alguien, desde la residencia El Señor Renca del Liceo Politécnico, se había descargado varios archivos con pornografía infantil. No les resultó muy complicado encontrarlos. Los ficheros se habían bajado desde el ordenador público de la residencia y utilizando la red inalámbrica comunitaria.
Así, en el PC de la casa descubrieron una carpeta con el nombre de José Ángel en la que, originalmente, estaban los archivos, que habían sido borrados. Una investigación de los habitantes de la residencia de profesores les llevó a detener al religioso español. Él mismo entregó a los policías de la Brigada de Investigación del Cibercrimen otros muchos archivos con fotografías y vídeos. "Algunas de las imágenes más crudas que nos hemos encontrado en las muchas investigaciones realizadas", explica por teléfono el subcomisario Cristian González Mendoza, del grupo de pornografía infantil. Miles de fotografías y vídeos de durísimo contenido: sadomasoquismo, coprofilia, urofilia, sexo con bebés.
Pero además del material comprado o intercambiado con otros pedófilos, Arregui había producido también sus propias imágenes. Entre los centenares de vídeos en poder del religioso español se encontraron muchos en los que el protagonista era él mismo. El acento de los menores, la ropa y detalles del mobiliario permitieron a los investigadores chilenos determinar que las imágenes se habían grabado en España. En las instalaciones de varios colegios. La agrupación de pornografía infantil de la brigada del cibercrimen chilena entregó ese material a la Interpol. Estos alertaron a la Guardia Civil.
El religioso español llevaba desde enero de 2008 dando clase en la Universidad Santo Tomás de Santiago de Chile. Antes había pasado por siete colegios en España, donde había dado clase de Educación Física, Lengua o Religión. Fue en al menos tres de esos centros, según ha determinado la investigación de la Guardia Civil, donde se grabaron los abusos. Todos pertenecen a la congregación de los Clérigos Viatorianos (una comunidad religiosa de origen francés, presente en 15 países): el colegio San Viator de Madrid, el San Viator de Vizcaya y el San José de Basauri. Las imágenes -reunidas en 13 DVD- muestran al menos a 15 menores de 12 a 14 años, según la investigación, bajo secreto de sumario hasta hace unos días. De ella se desprende que los vídeos fueron grabados entre 1992 y 2005. Siempre con cámara oculta. Tocamientos, masturbación a los menores, agresiones físicas y penetración con objetos.
Arregui había explicado a los chicos que estaba haciendo una tesis doctoral sobre la flexibilidad en la adolescencia. Necesitaba, dijo, medirles. Determinar cuántos centímetros había entre su mano y su codo; su rodilla y su nalga o el perímetro de sus tobillos. Para ello pedía a los menores que se desnudasen. Los presuntos abusos se desarrollaban entre medición y medición. Mientras, el religioso lo estaba grabando todo con un dispositivo instalado en la habitación. O en las habitaciones, porque los investigadores de la Guardia Civil han localizado que los vídeos fueron realizados en el gimnasio del San Viator de Vitoria, la antigua aula de informática del San Viator de Madrid o los vestuarios del San José de Basauri, entre otros. También se han localizado imágenes grabadas en las duchas de algunos de estos centros.
El argumento de la tesis era verídico. El religioso viatoriano estaba haciendo un doctorado sobre Pedagogía en Educación Física. El tema era, efectivamente, El crecimiento físico en la adolescencia y su influencia en la flexibilidad y su medición. La presentó en 2006. Obtuvo sobresaliente cum laude.
Pero han pasado años desde que se filmaron las supuestas agresiones. Algunos de los abusados, que han prestado declaración, explicaron a los investigadores que todo les parecía un poco raro. Describen la situación como incómoda sin llegar a ser agresiva. Al principio negaron haber participado en las mediciones. Después, la mayoría dijo que sólo lo había hecho una vez. Casi todos habían olvidado que las escenas, de las que hay imágenes, habían sido varias. Por eso, destacan los investigadores en su informe, "no es descartable que estos abusos se hubieran producido alguna vez más".
En varias ocasiones, además, los menores no estaban solos durante las mediciones. Episodios en los que llegaron a participar hasta tres compañeros. Aún así, destacan los investigadores, aunque habían estado juntos durante los abusos, ninguno hablaba después de lo que había sucedido con el religioso. Nunca.
Una de las víctimas explicó en su declaración que participó en las mediciones de Arregui cuando estudiaba 8º de EGB (sistema que desapareció con la llegada de la secundaria en el año 2000), con unos 13 años. El ex alumno relató que el religioso le tocaba constantemente y que se sentía incómodo. Expuso que el profesor le había dicho que no contara nada a nadie. Ni siquiera a sus padres. Que la situación podría estar mal vista.
Otro recordó que, en una ocasión, Arregui le invitó junto con otros tres compañeros a ver un vídeo durante la hora extraescolar. Se trataba de una grabación contra el aborto. Tras la película, el religioso les explicó que era un acto criminal. La vida comienza desde el mismo momento de la eyaculación, les dijo. Y para demostrarlo, cuenta el ex alumno, les invitó a masturbarse para ver después el semen en el microscopio. Así lo hicieron.
Otra de las víctimas describió los episodios de mediciones como una situación "especialmente desagradable". Visiblemente afectado, explicó que había participado en esta actividad como castigo. Que Arregui le hizo chantaje. El religioso le dijo que si no lo hacía le suspendería Lengua. Asegura que fue "coaccionado" para participar. Nunca lo contó a nadie.
Los chavales, ahora adultos, dicen que nunca se les pidió la autorización de sus padres para participar en las mediciones de Arregui. Que las familias nunca supieron nada. Algo que desmienten varios profesores consultados por la investigación del caso, que sostienen que sí. Explican que al producirse esta actividad durante el horario lectivo los padres fueron informados.
Por ahora ninguna de las víctimas ha decidido personarse como acusación particular contra Arregui. Tampoco, según Pedro Lahora, superior provincial de la congregación, se ha recibido queja alguna contra él. "Ni ahora ni entonces", aclara a este periódico. Un punto que confirma Luis Peláez, abogado del imputado. Lahora aseguró a los investigadores, además, que los siete traslados de Arregui en 15 años fueron siempre voluntarios. Como también lo fue, y a petición del propio religioso, su destino en la universidad chilena, parte también de la congregación.
Sólo un profesor del San Viator de Madrid, superior del imputado en aquella época, informó a la Guardia Civil de que en el curso 1991-1992 la madre de uno de los alumnos de Arregui había mostrado su descontento acerca del profesor. La mujer dijo que el religioso solía llegar a clase bebido después de comer, y que había pegado a su hijo. Una queja aislada, según el profesor, que no se volvió a repetir. Arregui, explicó, fue amonestado verbalmente. A final de curso se marchó a otro colegio de la congregación, en Huesca.
La justicia española estudia ahora qué cargos presentar contra el religioso viatoriano. El imputado, que ya está procesado en Chile por un delito de almacenamiento de pornografía infantil, podría enfrentarse en España, además, a la acusación de agresión sexual, con el agravante -tal y como solicita la Guardia Civil al juez de Instrucción- de prevalerse de una situación de superioridad (en este caso de su cargo de profesor y de emplear la autoridad moral de religioso). También podría ser acusado de un delito de producción de material pornográfico infantil "utilizando a menores de 13 años y con un carácter particularmente vejatorio", tal y como se recoge en el sumario de instrucción del caso.
El problema, según fuentes de la investigación, es que puede que algunos de los abusos llevados a cabo por el religioso hayan prescrito. Todo depende de lo graves que se consideren. La ley marca un plazo de 10 años, por ejemplo, cuando la pena máxima señalada por la ley sea prisión o inhabilitación por más de cinco años y que no exceda de 10.
El juez que instruye el caso aguarda ahora a tomar declaración a Arregui por videoconferencia desde Santiago de Chile para decidir si pide para él la extradición. El imputado, en prisión preventiva desde agosto de 2009, debía comparecer ante la justicia chilena el 3 de marzo. El terremoto que asoló el país y destruyó gran parte de su sistema de comunicaciones lo ha impedido. Las vistas fijadas para la semana del 1 al 7 de marzo se suspendieron a causa del seísmo, tal y como explica por teléfono un portavoz de la fiscalía que lleva el caso. Se ha fijado una nueva vista oral para el día 24 de marzo.
José Ángel Arregui Eraña se encuentra bien. "Se siente, dentro de lo que supone estar en la cárcel, acompañado por sus hermanos de la congregación, que le visitan", cuenta el superior provincial en Madrid de la congregación de los Clérigos de San Viator, donde la noticia de la detención de Arregui cayó "como una bomba".
Los informes psicológicos encargados por la fiscal chilena especialista en delitos sexuales, Andrea Rocha, encargada del caso, revelan que el imputado tiene "una parafilia de tipo pedófilo". "No han recomendado que el imputado cumpla parte de su pena en libertad, como así podría ocurrir si la condena impuesta es leve. Y las penas fijadas en Chile por el delito de almacenamiento de pornografía infantil lo son", explica un portavoz de la fiscalía.
0 comentarios