Dictan la primera condena contra Air France por la tragedia aérea en el Atlántico

Un tribunal brasileño dispuso que indemnice con un millón de dólares a la familia de una de las víctimas. En junio del año pasado un Airbus de la aerolínea con 228 pasajeros se estrelló en el océano.
La Justicia de Río de Janeiro hizo pública hoy la primera condena dictada en Brasil contra la aerolínea francesa Air France por el accidente en el que, el 1 de junio de 2009, murieron 228 pasajeros cuando un Airbus de la compañía cayó en el océano Atlántico cuando se dirigía desde la ciudad carioca hacia Francia.
El juez Mauro Nicolau, de la Sala 48 de lo Civil del Tribunal de Justicia de Río, condenó en primera instancia a la aerolínea francesa a pagar más de dos millones de reales (1,12 millones de dólares) a la familia de la fiscal Marcelle Lima, una de las víctimas del accidente.
La sentencia, que es recurrible, dispone que Air France deberá pagar una pensión mensual a los padres de la fallecida, ya que económicamente dependían de la mujer, y además medio millón de reales en concepto de daños morales a los dos hermanos. En total, dos millones de reales.
La resolución judicial habla de "conducta negligente" por parte de la compañía y agrega que "la situación se agrava en la medida en que el hecho supuso la mayor tragedia de la aviación civil del país, una de las mayores del mundo".
La víctima, que tenía 41 años, viajaba acompañada de su pareja, Marcelo Gomes, y su cuerpo aún no ha sido encontrado.
"El dolor de los familiares todavía se multiplica por la imposibilidad de llorar, velar y sepultar al ser querido, lo que mantiene abierta una herida para toda la vida", declaró el juez en la sentencia.
El avión, un Airbus A330 de la aerolínea Air France, cayó en el océano Atlántico cuando volaba desde Río de Janeiro hacia París. Si bien pasaron nueve meses de la tragedia, todavía se desconocen las causas precisas del accidente ya que no se encontró la caja negra.
Según el Organismo de Investigación de Accidentes (BEA) de Francia, la aeronave no sufrió una "despresurización en vuelo", lo que supone que habría estado entera antes del impacto. Además, el BEA puso en duda la fiabilidad de los sensores Pitot, que miden la velocidad de la aeronave.