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CAUSA ABIERTA

La doctora Berruti y los crímenes de Estado

La doctora Berruti y los crímenes de Estado

Escribe Jorge Aniceto Molinari  
La dictadura cívico-militar no fue un invento uruguayo, y fue planeada antes de la existencia de la propia guerrilla. En aras del pragmatismo gubernamental nos quedamos a mitad de camino para saber en la desclasificación de los documentos de los servicios de inteligencia, particularmente de la CIA, verdades que nos ayuden a comprender el papel que cada uno ha jugado. Tenemos derecho a pensar que muchas de las resoluciones que se tomaron, con pleno respaldo popular, para juzgar delitos de terrorismo de Estado, no nacieron como iniciativa, en los órganos políticos e institucionales, sino que son producto de sociedades que han actuado directamente vinculadas a este proceso. Alguna de ellas directamente conmovidas por lo que fue la voluntad de defensa de la soberanía popular por parte del Presidente Dr. Salvador Allende. La Dra. Berruti, de inmenso valor personal, que nadie desconoce, pretende cerrar un capitulo, que inevitablemente va a ser reabierto cada vez que la crisis del sistema llame a actuar en defensa de intereses contrarios al interés de la gente. Han existido crímenes de Estado, ejecutados por individuos que al hacerlo se convertían en criminales de Estado. El Uruguay ha investigado algunos de estos hechos, pero la parte más importante que es la trama internacional desde donde se organizaban,  impulsaban,  monitoreaban y se registraban estos hechos, aún están sin investigación. Nos atrevemos a afirmar que seguramente el avance en este sentido va a depender de los grados de democratización que alcance EE.UU. como Estado. En este terreno los avatares de la crisis actual del sistema capitalista son decisivos, como lo fue en la década del 60-70 la instrumentación del plan Cóndor. El pensamiento dominante era el de que a través del terrorismo de Estado se aseguraba la existencia del sistema como tal.  El aparato militar era usado para preservar el aparato económico. El ahogo en el sistema pasó; entonces el instrumento mostró claramente su incapacidad para una función que no era la suya. Hoy nuevamente la crisis amenaza replantear todo. La propaganda de los sectores de derecha vuelve a ser la misma: los culpables son los del eje del mal, “las armas de destrucción masiva”, etc. etc. La acción a su vez directamente relacionada con la intervención militar, más allá de que ahora la crisis llega a límites tales que la reactivación económica es imposible por este camino. El único posible para frenar y cambiar los acontecimientos es democratizar la economía, lograr la intervención democrática regulando la actividad,  esto para nosotros supone moneda única universal, transformación del sistema impositivo en el mundo, pasando a gravar el giro del dinero, eliminando los actuales impuestos al consumo, y al trabajo. Durante la dictadura nos tocó trabajar en AEBU, muy ligados a la actividad del Dr. Hugo Batalla, personalidad criticable en algún aspecto político, pero un ser humano de inmensos valores, aquilatados en momentos muy duros para los militantes políticos y sociales. Al leer a la Dra. Berruti, recordé casi inmediatamente al Dr. Batalla, asociación de ideas que mucho tiene que ver con lo que está pasando. No son de recibo en esta oportunidad las opiniones de la Dra. Berruti. No  creemos que empañen su trayectoria, de digna lucha por los derechos humanos. Pero estamos a mitad de camino y en medio de una crisis que inexorablemente va a alentar los peores instintos en los sectores más conservadores de la sociedad. Para nada hablamos sólo de Uruguay. La inserción de Uruguay en el mundo pasa por el análisis de estos aspectos. Hablar de reforma del Estado, sin atacar lo que provoca el giro sin control del dinero en el mundo y particularmente en el país, es al menos una contradicción. Se necesita una conducta clara sobre los derechos humanos, no solo para la Instituciones del Estado, sino para todas las instituciones en general, en primer lugar  las económicas. Comenzando con el manejo del dinero, la necesidad de declarar la guerra a los paraísos fiscales. Desde allí parte hoy el ataque a los derechos humanos, estimulando todas las formas de corrupción. Cerrar el capitulo que el Uruguay ha vivido, supone en primer lugar la verdad en las relaciones internacionales. Con todo respecto decimos, que la Dra. Berruti ignora esta realidad, que va más allá de la condena en particular de determinados personajes ya entrados en años, de su amnesia ante las atrocidades cometidas. Se nos pregunta que hará la izquierda. De lo que expresamos surge claro que hay materias pendientes, que preocupan en la medida del inexorable avance de la crisis. Es necesario tener conciencia de lo grave del momento pero a la vez las enormes posibilidades que se abren para pasar a una etapa transitoria hacia la construcción de una nueva sociedad.

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