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CAUSA ABIERTA

Consejos sexuales para una vida íntima de perillas

Consejos sexuales para una vida íntima de perillas

La revista Playboy como todos los años escogió los mejores consejos sexuales que sus miles de seguidores le envían a través de su buzón de correo y e-mails. Acaban de ser publicados en su versión en Internet y aquí tiene algunos.
No hay nada mejor que el castigo corporal
Un lector cree que esta es la clave para el éxito de su relación de pareja. Él cuenta que nunca viola las reglas que ambos han acordado. Y que si lo hace, recibe nalgadas con una paleta de Jokari, un cepillo de baño o un palo de bambú. Cuenta que por estos castigos a veces no puede sentarse, pero lo hacen muy feliz. Este hombre revela que todo empezó años atrás cuando embriagados ella empezó a pegarle acompañando la acción con decenas de palabras soeces. Sencillamente le encantó. Por eso, si a usted, le gusta déjese azotar y si no, olvídelo.
La mejor forma de hacer un oral
En este caso, la carta fue enviada por una mujer. Ella cuenta que tuvo problemas con el pene de su pareja porque es muy grueso y además porque no encajaba dentro de su boca al momento de hacerle un oral. Sin embargo, se dio cuenta, como jugando, que a su pareja le gustó ser besado en la parte inferior del miembro. "Esto lo volvió loco", dijo. Incluso, la revista asegura, que esta idea fue planteada a la artista porno Vanessa del Río, quien dijo que esto es muy importante para un hombre. "Si no te gusta hacerlo, tienes que aprender", recomendó.
"La mayoría de hombres estarán muy felices si tienen a una mujer para que lo ame y también para siempre le haga orales. Estarán doblemente complacidos y excitados. Ellos quieren oír otra cosa porque siempre les han dicho que su miembro es feo, amenazante e indecente. A veces todo lo que necesitan los hombres es que les abracen y quieran esa parte del su adorable cuerpo", dijo.
Rastreador de closet, el perfecto fetichista
Otro lector cuenta que tiene una perfecta vida sexual junto a su novia, pero pese a ello se encuentra obsesionado con oler sus calzones usados.
Él cuenta que a veces son visitados en casa por sus amigos a la hora de la cena, pide permiso para ir al baño y aprovecha en ir al cesto de ropa sucia para sacar un par de calzones, que les sirve para masturbarse inmediatamente. "He tratado de parar, pero no puedo", dijo. "Esto nos ha unido mucho", añadió.

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