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CAUSA ABIERTA

Velas en playas asiáticas para honrar a las 226.000 personas que mató el tsunami en 2004

Velas en playas asiáticas para honrar a las 226.000 personas que mató el tsunami en 2004

En la playa de Patong, Tailandia, se encendieron velas y faroles, en medio de decenas de vigilias en el continente asiático para recordar uno de los peores desastres naturales de la historia. Cientos de faroles flotaron en el cielo de Patong y miles de monjes tailandeses de togas naranjas cantaron y oraron, en varios de los eventos realizados en la región golpeada por un devastador tsunami el 26 de diciembre del 2004, que causó la muerte de casi un cuarto millón de personas en 13 países.
"Vinimos aquí a recordar a quienes murieron", dijo Sainamphueng Kachan, de 32 años, quien perdió a 20 amigos a causa del tsunami y se encontraba entre los turistas, dolientes y sobrevivientes del tsunami reunidos en Patong para encender velas que eran colocadas en la playa.
En Banda Aceh de Indonesia, cerca de 100 personas participaron en una ceremonia de oración cercana a un bote de pesca que quedó en el techo de una casa de dos pisos luego de ser arrastrado por varios kilómetros al interior del territorio.
Indonesia fue el país más golpeado por el tsunami, con cerca de 66.000 muertos y desaparecidos. La enorme ayuda en Banda Aceh ha servido para reconstruir una nueva ciudad sobre las ruinas de la antigua, muchos sobrevivientes recién comienzan a dejar atrás los recuerdos de las olas.
Algunos campesinos lloraban mientras recordaban el día en sus casas y vidas fueron destruidas por una muralla de agua que se levantó hasta los 30 metros, provocada por un terremoto submarino frente a la isla de Sumatra.
"Nunca lo olvidaré en toda mi vida. Después del terremoto corrimos fuera de la casa, en minutos la gente gritó al ver subir el agua", dijo Ambasiah, de 40 años, propietario de la casa con el bote de pesca, donde unas 50 personas se refugiaron.
"Cuando el agua subió más, repentinamente un bote llegó al techo de la casa. Nosotros nos subimos y nos quedamos allí hasta la tarde. Nosotros vimos las olas desde arriba", agregó.
El vicepresidente indonesio Boediono asistió a otra ceremonia en Ulee Lheu, un puerto a unos 5 kilómetros de Banda Aceh que fue duramente golpeado por el tsunami.
"Después de cinco años, el gobierno de Aceh y la gente de Aceh, con la ayuda del Gobierno central y la sociedad internacional, han resucitado a Aceh para que comience una nueva vida", dijo a una multitud de 1.000 personas.
Algunos lugareños como Taufik Rahmat dicen que ellos ya han superado los recuerdos del tsunami, ayudados por nuevos hogares en la región de Banda Aceh luego de uno de los ejercicios de recolección de fondos más prolongados.
Pero aún hay grupos de personas en su aldea que permanecen sin hogar.  "No todos los elementos se han cumplido, creo que cerca de un 80 a 90 por ciento de las personas aún no tienen las casas apropiadas", afirmó.  
Atemorizados por el mar
Miles de monjes tailandeses cantaron y oraron el sábado por las víctimas del tsunami del Océano Indico en Ban Nam Khem, pequeña aldea de pescadores en la costa del Mar de Andamán de Tailandia que perdió a casi la mitad de sus 5.000 habitantes.
"Todas las almas de todas las nacionalidades, sin importar dónde están ahora, por favor reciban las oraciones que los monjes rezan por ustedes", dijo Kularb Pliamyai, quien perdió a 10 de sus familiares en Ban Nam Khem.
La aldea Ban Nam Khem de Tailandia es una sombra de sí misma. Su alguna vez vibrante centro de tiendas, restaurantes y casas de madera frente al mar desapareció, reemplazado por locales de recuerdos, un monumento y un pequeño edificio lleno de fotografías de los esfuerzos de recuperación tras el tsunami.
Muchos antiguos residentes ahora están demasiado atemorizados del mar como para volver a construir cerca del agua.
"Aún me siento mal por lo que ocurrió. Personas de todo el mundo murieron aquí. Es su desgracia", dijo Kularb.
En Tailandia murieron 5.398 personas, incluidos varios miles de turistas extranjeros, cuando las olas inundaron seis provincias litorales, convirtiendo a algunas de las playas más bellas del mundo en cementerios masivos. Muchos aún están desaparecidos.
En Patong, un centro de vacaciones tailandés lleno de turistas, artistas locales interpretaron canciones tailandesas tradicionales y monjes budistas cantaban mientras turistas y lugareños se reunían en un pabellón para mirar fotografías de los daños provocados por el tsunami.
"Vinimos y nos quedamos aquí porque estamos vivos", dijo Ruschitschka Adolf, un alemán de 73 años que sobrevivió al tsunami, su esposa Katherina recorría las aguas turquesa de Patong dejando rosas blancas en las olas en memoria de los muertos.
Casi todas las víctimas fatales estaban tomando vacaciones o se encontraban al sur de la isla Phuket, una región que ha contribuido con hasta un 40 por ciento de ingreso anual de Tailandia por turismo.

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