Argentina: destituyen a una jueza sin decoro
El Jurado de Enjuiciamiento de magistrados porteño destituyó este mediodía a la jueza Rosa Parrilli por "mal desempeño", en el final del juicio político que se le abrió tras el escándalo por los insultos y palabras discriminatorias a dos empleadas de tránsito.
La primera destitución de un magistrado en la historia de la Justicia porteña, que nació a fines de los años 90, se consumó por ocho votos contra uno. Parrilli fue defendida por sus abogados con el argumento de que estaba "irritable" debido a una medicación que tomaba contra un estado depresivo, pero no consiguió evitar la destitución.
El argumento central para dictar la medida, según voceros judiciales, fue la "ostentación que hizo de su cargo" el 15 de septiembre pasado, cuando insultó a dos empleadas de tránsito en la playa de estacionamiento de infractores del Obelisco, a donde fue a retirar su auto que había sido removido por mal estacionamiento.
El fiscal Gabriel Vega había pedido ayer la destitución de Parrilli por considerar que cometió mal desempeño de sus funciones al actuar con abuso de poder y tener una conducta que "afectó gravemente el decoro".
El día que fue a retirar su auto, Parrilli -hasta ahora titular del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas 28 de la Ciudad- , les gritó a las empleadas María Iratí Albe y Rocío Gómez son "todas morochas, ni una rubia contratan". También lanzó que "ganan 1.200 pesos para joder a la gente", las calificó de "tontitas" y las amenazó con encarcelarlas, lo que quedó registrado en una cámara de seguridad del lugar.
"No tengo nada para festejar porque nunca es bueno que un magistrado sea destituido", dijo el fiscal Vega. "De esto celebro que el Poder Judicial de la ciudad con su juventud haya logrado mostrar maduramente que puede desarrollar un proceso con toda transparencia y cumplir con lo que establece la Constitución. Destaco que frente a un problema de este tipo funcionaron las instituciones", sostuvo.
La defensa de Parrilli había alegado que el hecho se produjo porque estaba tomando medicamentos contra la depresión y que no atravesaba un buen momento, por lo que pidió licencia en su cargo.
Parrilli podrá apelar al Superior Tribunal de Justicia de la ciudad la sentencia, sólo si considera que hubo arbitrariedad manifiesta en el juicio, pero no por su destitución.
De tal suerte, la jueza ya no pertenece al Poder Judicial de la Ciudad, pero no tendrá inconvenientes para ejercer la abogacía como profesión en el futuro.
A la jueza también se le inició una denuncia penal por discriminación y amenazas en la que el juez penal de la ciudad Norberto Circo le concedió una probation, por la que durante un año no podrá conducir y deberá hacer tareas comunitarias en Cáritas, además de indemnizar con 5 mil pesos a las dos empleadas agredidas, Rocío Marlene Gómez y María Itatí Albe.
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