Blogia
CAUSA ABIERTA

El aeropuerto, el puerto, las tallarinadas, los intocables; cuento de un Uruguay corrupto que se da un baño de decencia

El aeropuerto, el puerto, las tallarinadas, los intocables; cuento de un Uruguay corrupto que se da un baño de decencia

Moría el año 1990. Esos días de diciembre la gente andaba a los tumbos, igual que aquellos dos periodistas de investigación que se encontraron en el gran baño del gran diario. Mientras uno orinaba, el otro abría la canilla del lavatorio para empaparse: No era común que esos tipos entablaran largas charlas. En el diario decían que eran lobos esteparios, y tenían razón. Pero, muy de vez en cuando, se topaban y cuando lo hacían era como si ambos entraran a un confesionario. Por esas cosas del destino los dos se llamaban Carlos y se saludaban con un "Carlitos", pese a ser hombres grandes. "Y, Carlitos", preguntó el que acababa de orinar. Con su camisa chorreando agua, el otro "Carlitos", ya con un cigarrilllo encendido entre sus labios, lo miró con una sonrisa maliciosa y le respondió enigmáticamente "mirá, anoche estuve en la tallarinada anual". ¿Qué es eso?, preguntó intrigado. "Mirá para estas fechas, en el bodegón que está en la esquina de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, se hace una tallarinada muy, pero muy especial". ¿Y quiénes van?
Bueno, un oficial de Inteligencia, otro de Narcóticos, uno de la Marina, uno del Ejército, uno de Aduanas, un abogado penalista, un juez, un fiscal, uno de la Fuerza Aérea, uno del puerto y otro del aeropuerto. "Mirá vos, y ¿para qué se reúnen? Para nada en especial para compartir la despedida del año. ¿Son muy amigos? No, Carlitos, son todos corruptos e intocables. En realidad la tallarinada en para afianzar los vínculos, ¿entendés?
"A la mierda", rezongó el Carlitos preguntón que pasó a la ofensiva
"Bueno, deben ser los enlaces de los centros "Mu-Mú".
¿Mu-Mú, que es eso?
"Ahh, vez que no sabés nada", se vengó el tocayo.
Dale, che.
"Mirá se les da ese nombre al puerto de Montevideo y aeropuerto de Carrasco porque son los centros donde más se "mama", es decir de donde sacan toda la plata del gran contrabando con la cual financian campañas electorales, compran mansiones en Punta del Este y mandan efectivo al exterior, en las fronteras pasa lo mismo, pero es mierdita comparado con esos dos monstruos. Si me preguntás porqué Mu Mú y no Ma Má te lo explico ya así no te rompés la cabeza. Una noche cuatro de estos tipejos estaban tejiendo una maniobra y a uno de ellos que vive a la vuelta de la fábrica de golosinas Mu Mú, allá en el barrio Brazo Oriental, se le ocurrió mencionar así a sus bases de operaciones y quedó.
Los dos periodistas salieron del baño y se sentaron displicentemente encima de uno de los viejos escritorios metálicos. Los otros cronistas y sobre todo los "editores" hubieran pagado medio sueldo para escuchar esa conversación entre dos tipos que apenas se saludaban, pero manejaban toneladas de información.
El Carlitos fumador encendió otro cigarrillo y el otro le reprochó "cómo fumás, dejate de joder".
Después de lanzar la bocanada de humo miró a su colega y le confesó que estaba caliente. "Mirá no puedo escribir de los Free Shops, de las Zonas Francas, del puerto, del aeropuerto y ahí está toda la mierda junta de este país. Todos ponen avisos como locos y acá tiemblan cada vez que abro la boca."
El tocayo se mantuvo callado y tuvo la osadía de pasarle un brazo por el hombro a manera de consuelo. Los dos saltaron del escritorio y caminaron en direcciones opuestas.
Ayer de mañana volvieron a encontrarse en el centro. Como nunca lo habían hecho se dieron un abrazo y fueron a tomar un café. Con 60 años encima cada uno, canoso el uno, pelado el otro, se miraron con sumo respeto. Después de pasarse la lista de nietos, fueron directo a lo que siempre amaron.
"Qué me decís de todo lo que está pasando", preguntó el Carlitos que sigue fumando pese al infarto.
Y bueno el mundo gira y gira. El miércoles me acordé mucho de vos. Me acordé de aquella charla en el baño.
"Es cierto, che, parece que en este país se acabó la joda. Mirá, de toda aquella gente de la que hablamos ya no queda nadie que no esté preso, a punto de estarlo o en estado de pánico".
Parece mentira, quién lo hubiera dicho, pensar que hasta cinco años atrás eran señores y ojo al gol con hablar mal de ellos.
"Tenés razón, te acordás de Curbelo Tammaro y los abogados y un juez que ahora están temblando. Te acordás de los comensales de las tallarinadas. Bueno, ya no queda nadie. Y se acabaron los centros "Mu Mú" y la joda en la frontera con el ex director de Pluna en la cárcel".
Parece que hay un parate de la obscenidad y son tiempos de baño de decencia, dijo el fumador empedernido.
Los dos hombres aún lúcidos se miraron y esbozaron una sonrisa melancólica teñida de satisfacción.

0 comentarios