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CAUSA ABIERTA

Miles de europeos celebran junto a los berlineses la caída del Muro

Miles de europeos celebran junto a los berlineses la caída del Muro

Miles de personas llegadas de toda Europa recorrieron hoy el centro de Berlín para celebrar el vigésimo aniversario de la caída del Muro, en la que ha sido bautizada como la "Fiesta de la Libertad", un momento histórico que simboliza la reunificación alemana. A pesar del frío y de la lluvia, tanto los oriundos como los turistas no quisieron perderse esta fecha señalada y salieron a presenciar en directo los actos conmemorativos, que culminarán a última hora de la tarde con el derribo de un muro simbólico hecho con piezas de dominó gigantes y con fuegos artificiales.
Francés, polaco, italiano, inglés o español son algunos de los idiomas que se escuchaban por las calles que rodean la emblemática Puerta de Brandeburgo, convertida en el punto central de la ceremonia, al recibir a todos los Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea, y a más de 20 estadistas de todo el mundo.
"Lo que más nos ha llamado la atención es el clima amistoso que se vive", dijo a Efe el catalán Marc Martí, que se encontraba por casualidad en Berlín de vacaciones.
Su compañera de viaje, Lucía Revilla, viene desde México, y se muestra entusiasmada con la fiesta, pues además su máxima ilusión era conocer la capital alemana.
Para aplacar el hambre y la sed, nada mejor que acercarse a cualquiera de los vendedores de perritos calientes ambulantes que hay en cada esquina, o a los tenderetes que ofrecen la tradicional "curry wurst" -salchicha alemana con salsa de tomate picante y el "glühwein" -vino caliente con canela y otras especias-.
Sin embargo, las masas de gente, que atestaban desde los alrededores del Reichstag hasta casi llegar a la occidental plaza de Postdamer Platz, dificultaron el acceso a muchos de los lugares y provocaron que uno tardara hasta quince minutos para hacerse con un simple "hot dog" o llegar a uno de los baños públicos.
A ello hay que añadirle el estricto dispositivo de seguridad, que consistió en la colocación de multitud de furgones de la policía, además de personal específicamente encargado de custodiar las piezas de dominó, que contaban con una valla de protección a lo largo del kilómetro y medio de su recorrido.
Más extremas eran aún las medidas de vigilancia en la Puerta de Brandeburgo, que al igual que hace 20 años, estuvo cerrada durante todo el día, para evitar que las personas de a pié se colaran en el acto solemne, en el que sólo estaban autorizados las personalidades políticas que pronunciaron los discursos y otras celebridades.
Aún así, nada pareció minar la atención que el 9 de noviembre de 1989 provoca en los ciudadanos extranjeros, que sacaban fotografías desde los rincones más insospechados, ni en los medios de comunicación internacionales, especialmente las televisiones, quienes enviaron equipos especiales.
Algunos incluso quisieron transmitir un mensaje, como la organización no gubernamental polaca "Razem" ("Juntos"), que se paseaba con banderas y colocaba pegatinas a los viandantes, para mostrar su solidaridad con el pueblo alemán y festejar la unificación, explicó Maggie Zakrzewsha, uno de los 150 miembros.
En España, por ejemplo, "se está viviendo el evento con mucha expectación, porque ya desde hace semanas no dejan de salir cosas sobre el tema en las noticias", explicó Martí.

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