Messi está entre el cielo y el infierno con la camiseta argentina frente a Uruguay

El estelar delantero argentino Lionel Messi afrontará el miércoles ante Uruguay el desafío de vivir su primera celebración grande en la selección mayor de Argentina o sufrir otro fracaso, con dimensión de catástrofe futbolística, si se queda afuera del Mundial de Sudáfrica-2010.
Con Argentina al borde del abismo y de perderse un Mundial por primera vez en 40 años, el joven prodigio jamás ha rendido ni por asomo lo que le da al FC Barcelona de España, que lo acunó desde los 13 años y lo llevó a la cima del fútbol internacional.
"¡Dale Messi, jugá, jugá bien!", le gritaban el sábado pasado desde las tribunas aficionados argentinos que perdieron finalmente la paciencia y que lo veían deambular como un fantasma por el Monumental cuando el equipo necesitaba liquidar el pleito con Perú para seguir soñando con el Mundial.
Argentina logró esa noche seguir con vida en las eliminatorias sudamericanas no por el talento que Messi muestra como goleador implacable con la camiseta azulgrana de los catalanes, sino por obra y gracia del milagroso gol sobre la hora del cañonero de Boca Juniors Martín Palermo (2-1 a Perú).
Pero ahora los albicelestes se juegan un clásico rioplatense para el infarto en el Centenario contra Uruguay, mirando de reojo lo que suceda en Chile con Ecuador, tercero en discordia por una plaza directa o de repesca, a pesar de que hay voces para que lo saquen del equipo.
Argentina necesita por lo menos empatar para no depender de terceros, porque si pierde y Ecuador gana, le dirá adiós a Sudáfrica antes de viajar.
"Messi es mi Maradona", había declarado el DT Diego Maradona sobre quien se perfila como el mejor jugador del mundo en 2009, según la consideración de la FIFA, pero que mantiene una deuda con los argentinos.
El ídolo del FC Barcelona y de millones de aficionados en todo el orbe que admiran sus prodigios, ganó sin embargo lauros importantes con camisetas juveniles, como la conquista del Mundial Sub-20 en Holanda-2005 o la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008.
Maradona mantendrá a Messi contra viento y marea, porque sostiene que Argentina es "Javier Mascherano, Messi y nueve más", pero en la consideración de más de un hincha, el delantero ha perdido el crédito.
"Sorprende que a un jugador de su calidad y categoría, y el mejor del mundo, le pase esto. Se deben reconocer más sus méritos y los sacrificios que hace y hay que tener en cuenta lo que da. En su país merece más respeto del que se le da", dijo el guardavalla del Barsa, Víctor Valdés.
Otra visión la dio el directivo del club catalán Albert Perrín al señalar que "el entrenador es ni más ni menos que Maradona. La figura de la selección Argentina es Maradona y criticar a Maradona es difícil, por tanto, critican a la figura del equipo (Messi)".
El entrenador César Menotti, quien condujo a su país a la conquista de la Copa en Argentina-1978 y al Mundial Juvenil Japón-1979 con Maradona, opinó que "Messi es un estratega, un definidor de la estrategia, que es lo que hace en el Barcelona donde participa del juego de Xavi, de Iniesta, de Touré, que cada día es mejor. Ellos elaboran y Messi se aprovecha después y se luce".
En cambio, reflexionó Menotti, "en Argentina todo es confusión y él se queda atrapado en ella".
"Me gustaría rendir como rindo aquí en Barcelona", admitió hace poco el atacante, quien a diferencia de sus consagrados antecesores con la camiseta número 10, como Maradona y Mario 'Matador' Kempes, no ha dado lo mejor de sí en la selección sino en los clubes que lo contratan.