El argentino Del Potro no pudo contra el escocés Andy Murray y cayó en la final de Montreal

Perdió por 6-7 (4), 7-6 (3) y 6-1 ante el escocés Andy Murray, quien desde mañana será el número 2 del mundo. El tandilense, que llegaba extenuado por dos semanas muy intensas, logró mantener la paridad hasta que su físico dijo basta. Parte del aprendizaje es saber que no siempre se puede. Esta vez a Juan Martín del Potro le tocó sufrir. Afectado por el cansancio y ante uno de los mejores tenistas del mundo, el tandilense había logrado la primera diferencia frente a Andy Murray en la final del Masters 1000 de Montreal. Pero en el segundo set, que pudo sostener hasta el final dentro de un trámite parejo, sintió todavía más el ritmo del partido, tuvo que pedir la presencia de un médico y cedió en el tie break. En el tercero fue una sombra de lo que puede ser. Los números finales marcan que cayó 6-7 (4-7), 7-6 (7-3) y 6-1, pero no hablan de ese crecimiento que sigue y no para. Más allá de algún tropezón como el que tuvo esta tarde bajo el intenso calor de Montreal. El primer parcial mostró a los dos en un nivel similar, aunque con estilos de juego muy diferentes. Murray, quien desde mañana será el número 2 del mundo, buscó todo el tiempo la sutileza y sacar de ritmo a un Del Potro que intentó la receta conocida de saques ganadores y palos desde el fondo. Casi desde el comienzo del partido, el tandilense dio muestras de que su físico llegaba algo averiado. Es que además de esta dura semana en Montreal, con batallas ante Hanescu, Nadal y Roddick, arrastraba el trajín de la semana pasada en Washingon, con título incluido. Una de las muestras más claras de la paridad en el primet set fue la escasez de chances de quiebre de saque: Murray dispuso de una sola y Del Potro no tuvo ninguna. Llegó entonces la hora de decidir. Y en este partido en que el servicio tuvo un peso tan fuerte, el tie-break no fue la excepción. Los dos ganaron sus puntos en esa condición hasta que Del Potro logró desequilibrar en el noveno a Murray y ponerse 5-4 adelante. Luego mantuvo la calma y cerró el parcial con dos saques ganadores. Como para que creciera la ilusión. Fue parecida la historia en el segundo, aunque amagó con modificarse cuando los dos se quebraron el saque de entrada. Pero después ambos mantuvieron hasta llegar al tie-break, en el que esta vez prevaleció el escocés. Se abrió así la gran puerta para la victoria, porque Del Potro mostraba signos evidentes de cansancio. Lo que parecía un cansancio importante pasó a ser extenuación en un tercer set que fue un monólogo de Murray y en el que la mayor rareza fue que Delpo, fundido, pudiera rescatar un game. Se marchó entonces rápido la ilusión de Montreal. Pero la grande, la de llegar a lo más alto, sigue intacta. A pesar de los tropezones.