Xenofobia en Hungría: matan a una gitana y su hija resulta herida en un ataque armado

Una mujer gitana fue asesinada y su hija de 13 años gravemente herida en un ataque con armas de fuego perpetrado por desconocidos al noreste de Hungría, con lo que se eleva a cinco los miembros de esta comunidad fallecidos en asaltos en sólo ocho meses. La Policía húngara informó hoy de que el ataque se produjo anoche en la vivienda de las víctimas, donde fueron tiroteadas con una escopeta de perdigones mientras dormían. Los asesinos rompieron la puerta del inmueble, situado en la localidad de Kisléta, cerca de la frontera con Ucrania, y enseguida dispararon contra madre e hija, según informaciones difundidas por la prensa local. La hija se encuentra hospitalizada en la cercana ciudad de Nyíregyháza. Las autoridades están investigando si el caso está relacionado con los anteriores ataques contra gitanos registrados en el país y que en los últimos 8 meses han dejado 5 víctimas mortales. En los casos anteriores los agresores no entraron en los inmuebles, sino que arrojaron cócteles molotov sobre las viviendas y dispararon cuando las víctimas huían del incendio. La derecha radical húngara, representada principalmente por el partido Jobbik, mantiene un discurso centrado en denunciar "el crimen gitano" y en continuos ataques a esta minoría. Su brazo paramilitar y de estética fascista, la Guardia Húngara, fue recientemente ilegalizado ante el temor que causaba "en los gitanos y otras minorías" y por herir "la dignidad de los judíos" magiares, según la sentencia. Ayer mismo, en el día conmemorativo del holocausto sufrido por los gitanos en la Segunda Guerra Mundial, Aladar Horvath, líder de la Fundación Cívica Romaní, dijo que esta comunidad está viviendo los peores momentos de los últimos 15 años y denunció la desprotección ante el resurgir de la derecha radical. Las autoridades no han aclarado aún los detalles de esta serie de homicidios, pero István Házi, director de investigaciones de la Capitanía General de la Policía, se refirió el pasado abril a la posibilidad de que se trate de un asesino esquizofrénico. La Policía húngara ofreció hoy 378.000 euros de recompensa para quien suministre información sobre los autores y aseguró que no excluye que el crimen tenga motivaciones raciales aunque tampoco que haya otros móviles distintos. En Hungría, de 10 millones de habitantes, viven unos 500.000 gitanos, cuya integración social sigue siendo una cuestión pendiente en la agenda política del país magiar.