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CAUSA ABIERTA

La ministra ya está en el lago

La ministra ya está en el lago

La leyenda cuenta que Narciso era un bello joven que iba todos los días a observar su reflejo en la superficie de un lago, el cual estaba cerca a su casa; sin embargo, Narciso no conocía su profundidad. Estaba tan obsesionado con su propia imagen que un día la intentó abrazar y se cayó al lago mientras la intentaba alcanzar. Como no sabia nadar, murió ahogado. Freud retoma la leyenda para hablar de una etapa temprana de la vida del niño,caracterizada por el amor a sí mismo. Desde el punto de vista de la psico-patología, la estructuración de una Personalidad Narcisística, implica una detención o fijación del desarrollo de la persona a etapas infantiles de profunda gratificación, o en una regresión del individuo a estos períodos, por su incapacidad para tolerar y enfrentar los retos y fracasos que la maduracion y la vida le imponen. La Personalidad Narcisística se caracteriza por un patrón grandioso de vida, este se expresa en fantasías o modos de conducta que incapacitan al individuo para ver al otro, el mundo se guía y debe obedecer a sus propios puntos de vista, los cuales considera irrebatibles, infalibles, auto-generados. Las cosas más obvias y corrientes, si se le ocurren a él o ella, deben ser vistas con admiración y se emborracha en la expresión de las mismas. Hay en el Narcisista una inagotable sed de admiración y adulación, esta última lo incapacita para poder reflexionar e incluso pensar. Vive más preocupado por su actuación, en cuanto a la teatralidad y reconocimiento de sus acciones, que en la eficacia y utilidad de las mismas. Su visión es el patrón al cual el mundo debe someterse. Es el Narciso una personalidad que, aún cuando pueda poseer una aguda inteligencia, esta se haya obnubilada por la visión grandiosa de sí mismo y por su hambre de reconocimiento. Vemos así como muchas personas que, pudiendo ser exitosas, productivas y creativas, someten su vida a adulantes mediocridades. Ellas, drogadas por su discurso auto-dirigido, no son capaces de reflexionar y escuchar lo que el mundo objetal les grita. En Uruguay no hay un ejemplo más claro de esa patología: la minista del Interior, Daisy Tourné. En un acto público realizado con jóvenes del Partido Socialista, la jerarca hizo un despliegue escénico frente a las cámaras que hace empalidecer de envidia a los peores escándalos de la farándula porteña. Tourné se movió con soltura digna de una showman para que la cámara no perdiera detalle de sus posturas cada vez que lanzaba términos como "conchuda", "burro", "hijos de puta" y "cagando", mientras, apoyada por un powerpoint trazaba un balance de su gestión y de la evolución de los distintos delitos en los últimos meses. Ella está segura que "su estilo" permitirá acarrear miles de votos para el Frente Amplio. Lo cree de veras.

 

 

 

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