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CAUSA ABIERTA

Decenas de pakistaníes e hindúes se hacinaban en cinco pisos de Valencia para saltar a Europa

Decenas de pakistaníes e hindúes se hacinaban en cinco pisos de Valencia para saltar a Europa

Un boquete sobre la cerradura de la puerta es la prueba de que se trata de uno de los supuestos pisos patera utilizados por la organización internacional de inmigración ilegal. Una semana antes, la policía echó abajo el acceso a la vivienda tras reventar el cerrojo. Ayer, con sólo tocar una vez el timbre, un joven de aspecto hindú franquea la entrada al piso. Abre la puerta confiado, incluso con la parte superior del chándal a medio poner. Pero su actitud y el rictus de su cara cambian a la desconfianza cuando se le pregunta por la operación policial "No sé nada, no sé nada, el dueño de la casa vuelve a la tarde", chapurrea en un torpe español.
El inmueble situado en el número 61 de la avenida de Ecuador de Valencia era uno de los cinco pisos patera descubiertos por la Policía Nacional en la capital (tres de ellos), Aldaia y Meliana. Un locutorio de la calle Castán Tobeñas era el supuesto escenario de la falsificación de documentos y centro de operaciones de la red.
Con el registro de estos locales y el arresto de 15 personas -aunque sólo ocho han pasado a disposición judicial-, la Policía Nacional da por desarticulada una red internacional de tráfico ilegal de ciudadanos indios y pakistaníes. Los investigadores creen que decenas de hindús y pakistaníes habrían entrado en Europa, con pasaportes falsos o robados, tras vivir hacinados durante largas temporadas en las viviendas de Valencia.

"Yo veía a menudo como uno de ellos se asomaba al balcón, hacía un gesto con la cabeza y subían a la casa varias personas", explicaba una vecina de la avenida Ecuador. "Cada vez veías pasar por la escalera a unos diferentes", recordaba María Jesús, otra residente.

La travesía por la miseria en busca de un mejor porvenir comenzaba para las víctimas de esta mafia en sus naciones de origen. La red llevaba casi dos años operando en diferentes países. Fue en abril de 2007 cuando agentes de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificaciones (Ucrif) de Valencia y de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras iniciaron las averiguaciones para acabar con la trama.

Como en tantos otros casos, los integrantes de la red iniciaban la captación de los ciudadanos extranjeros en las zonas más deprimidas de la India y Pakistán. No les costaba dar con candidatos en dos países que tienen una enorme bolsa de pobreza.


Dinero de sus familiares
Los inmigrantes llegaban a la Comunitat Valenciana con el dinero que los propios familiares de las víctimas entregaban a la organización de inmigración ilegal. Los afectados y sus parientes actuaban guiados por el anhelo de que se hicieran realidad las promesas de una vida mejor con las que les engatusaban los integrantes de la mafia.

Pero su primer destino en Valencia era muy distinto. Los inmigrantes malvivían en los pisos, muchos de ellos durmiendo en el suelo, hacinados por la red, según fuentes de la investigación.

Fue el martes de la pasada semana cuando la Policía Nacional llevó a cabo la operación. "Serían las cinco de la madrugada cuando oímos golpes y pasos. Pensamos que estaban robando en el horno, hasta que salieron varios esposados", recordaba María Jesús. Los registros realizados en la vivienda de la avenida de Ecuador de Valencia, en otras cuatro viviendas de la provincia y en el locutorio permitieron a los agentes intervenir numerosos efectos que confirman la ilícita actividad desplegada por la banda.

Visados en blanco para ser rellenados, planchas de silicona para falsificar documentos, fotocopias de pasaportes indios y pakistaníes y una veintena de documentos de países de la Unión Europea son algunas de las pruebas del tráfico de seres humanos desarrollado por los arrestados.

"Algunos de ellos ya estaban aquí al día siguiente". LAS PROVINCIAS comprobó la veracidad del testimonio de los vecinos de la avenida de Ecuador al atestiguar la presencia en la vivienda de al menos dos ciudadanos extranjeros en el inmueble. "No sé, no sé a quién se llevaron detenido", fueron algunas de las escasa palabras que se atrevió a pronunciar uno de ellos. Las Provinvias.es

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