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CAUSA ABIERTA

Si el FBI no mandó cualquier cosa, la policía uruguaya manipuló el video que aclararía el caso del niño inmolado en Colón

Si el FBI no mandó cualquier cosa, la policía uruguaya manipuló el video que aclararía el caso del niño inmolado en Colón

O el FBI mandó cualquier cosa al Juez en lo penal de 2do. turno, o la policía uruguaya manipuló un video que puede aclarar el horroso cimen de un niño de 13 años, asfixiado mecánicamente y luego envuelto en un colchón prendido fuego.

Todo comenzó cuando el joven liceal Adrían Gabriel Da Fonseca Sosa, de 13 años, que cursaba primer año, solicitó a su padre, aquella tarde del martes 30 de noviembre de 2004, permiso para ir a visitar a un amigo que vivía a pocas cuadras de su casa, con el objetivo de ir a estudiar y luego, si daba el tiempo, jugar un rato. En horas de la tarde partió de su humilde vivienda, ubicada en la esquina de Lister y Peabody, en pleno barrio Colón, con el único pedido de su padre de volver no más tarde de las 22.30 horas. Al hacerse las once de la noche, y no aparecer su hijo, la preocupación de sus padres fue enorme, y se imaginaron lo peor.

A tal punto que fueron a buscarlo a la casa del amigo, encontrándose con la noticia de que ya se había ido hacía media hora. La incertidumbre crecía, y los padres del joven comenzaron a buscarlo por las inmediaciones. Luego de horas de rastrillaje, cerca de las 4 de la mañana del 1º de diciembre de 2004, en la entrada de un monte, ubicado en la intersección de Camino Fauquet y Peabody, su propio padre, Gabriel, encontró el cuerpo del chico totalmente carbonizado. El terrible hallazgo puso al borde de la locura al hombre. El desdichado joven había sido atacado a golpes, asfixiado con una bolsa de nailon y su cuerpo envuelto en un colchón de poliuretano fue quemado intencionalmente para borrar las huellas del brutal caso.

Los motivos del crimen, que fueron investigados por la Seccional 23ª y por Homicidios, podrían haber sido robo o violación, conjeturas que quedaron en eso. El padre del niño inmolado en Colón, crimen que sigue sin aclararse, encontró cabellos debajo del cadáver de su hijo pero pasó más de un año y medio para que la prueba fuera llevada a los laboratorios de Policía Técnica.

"Estoy cansado, me siento impotente, la Policía siempre me dice lo mismo y ahora me enteré que el juez prohibió que se interrogue nuevamente a personas que puedan aportar algún dato", dijo desconsolado, meses después, Gabriel Da Fonseca. Una tarde lluviosa, casi un año después, un policía ingresó a un comercio del barrio y tuvo la intuición de observar que el local contaba con un sistema de seguridad de cámaras de televisión. Le pidió al comerciante la grabación de la fatídica noche y se fue al Departamento de Homicidios.

El personal observó atentamente la cinta, y para sorpresa de los investigadores, la cámara había captado a Adrián, media hora antes de su muerte, acompañado por dos desconocidos que lo flanqueaban, arrastrando sendas bicicletas. Todos los esfuerzos técnicos para "limpiar" los rostros de los dos desconocidos fueron inútiles. La imagen de ambos era demasiado difusa, por lo cual, a alguien se le ocurrió la idea de enviar el video a los laboratorios del FBI, en Washington.

Los notables avances tecnológicos de los norteamericanos hicieron albergar la esperanza que desde la capital de Estados Unidos vendría un sobre lacrado con las caras bien definidas de los dos individuos que, si no mataron a Adrián, podrían saber mucho de lo que pasó esa noche. Un mes y medio después, un agente del FBI se presentó en la Jefatura de Policía y adelantó a sus autoridades que los esfuerzos habían sido estériles.

"No pudimos aclarar las imágenes, el video es de pésima calidad", anunció.  Pero no era así, porque a los pocos días el jez penal llamó al padre del niño inmolado y le mostró las imágenes mejoradas de la víctima y los otros dos jóvenes. Da Fonseca saltó del sillón y le dijo al magistrado "ustedes piensan que yo soy estúpido, cómo es que me muestras a los tres muchachos de espaldas, ¿y los rostros?

El administrador de justicia se puso algo momento y le respondió "bueno, esto es lo que hay, es lo que mandó el FBI", tras lo cual dio por concluida la audiencia.

Alguien va a tener que hacerse caso de semejante caso, la Suprema Corte de Justicia y el Ministerio del Interior, por supuesto, porque hay que hallar responsables de esta grave irregularidad que naturalmente, saben más, pero además encubren a los asesinos del niño.

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