Blogia
CAUSA ABIERTA

Eminente oncólogo uruguayo Eduardo Lasalvia demuestra persecución de gobiernos y va por Tabaré Vázquez, también oncólogo

Eminente oncólogo uruguayo Eduardo Lasalvia demuestra persecución de gobiernos y va por Tabaré Vázquez, también oncólogo

Carta Abierta a Causa Abierta. En el año 1995 el Ministerio de Salud Publica denunció penalmente y sumarió administrativamente al Dr. Eduardo  Lasalvia, Director del Instituto Nacional de Oncología del Uruguay y militante en aquel momento de un gobierno catalogado como conservador por sus adversarios de izquierda. 

El gobierno a que pertenecía aquel Ministerio de Salud Pública, también denunció al entonces Jefe de Servicio de Radioterapia del mismo Instituto y actual Presidente de la República, el izquierdista Dr. Tabaré Vázquez  de quien se sugería sin fundamento apropiado que había recomendado la compra por la Institución de un software a su propio hijo obviando la  licitación pertinente. La fuerza política del Dr. Tabaré Vázquez mantuvo que la persecución a Vázquez era propia de un gobierno ¨derechista¨, arbitrario y difamador. Justificó al  hoy presidente afirmando que había actuado en beneficio de los enfermos.

En el caso del Dr. Lasalvia la acusación del mismo Ministerio fue la presunta conjunción del interés público y privado, por su actuación en una licitación efectuada en el citado Instituto para proveer consultas internacionales a los enfermos del Instituto. La fuerza política del izquierdista Vázquez se sumó vehementemente a la acusación contra el Dr. Lasalvia. En aquella ocasión el entonces jerarca jurídico del Ministerio de Salud Pública y hoy Secretario de la Presidencia del Dr. Vázquez era el Dr. Miguel Ángel Toma. Fue el Dr. Toma quien lideró las acusaciones al Dr. Lasalvia en todos los tribunales por más de 10 años. También fue el Dr. Toma quien recomendó desestimar la acusación contra el Dr. Tabaré Vázquez aceptando los argumentos que en su favor en aquel entonces hiciera el Dr. Gonzalo Fernández. Lasalvia debió enfrentar  largos procedimientos jurídicos a que dieron lugar las acusaciones promovidas contra él por el Dr. Ángel Toma.

En lo esencial, estos procedimientos jurídicos fueron todos favorables a Lasalvia pero fueron poco difundidos por el secreto sumarial que cubrieron los mismos. En sede penal por ejemplo, se demostró, por diversas pruebas que los documentos que lo incriminaban habían sido falsificados y que la famosa licitación nunca había sido adjudicada por resolución de la propia esposa de Lasalvia, entonces jerarca del Ministerio de Salud Pública.

En definitiva,  la Suprema Corte de Justicia otorgó la gracia al Dr. Lasalvia, extinguiéndose por lo tanto el supuesto  delito por el que había sido acusado. Desestimadas todas las acusaciones y por lo tanto debiéndose reintegrar a su cargo al Dr. Eduardo Lasalvia, el Dr. Ángel Toma, entonces asesor jurídico de extrema confianza del Presidente Jorge Batlle, recomienda el cese de Lasalvia como Director del Instituto Nacional de Oncología pero por un motivo muy diferente a todos los que había desestimado la Justicia. Un motivo casi inconcebible.  El Dr. Eduardo Lasalvia  fue cesado para llamar a concurso su cargo. Debe recordarse que el Dr. Lasalvia es aún hoy el médico que más cantidad de concursos ganó en la carrera médica tanto en la Universidad de la República como en el Ministerio de Salud Pública. El concurso nunca se llevó a cabo y el cese se mantuvo. Formalizado el recurso de anulación de esta  resolución, después de más de cinco años, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo  anuló aquel acto que dispuso ilegítimamente el cese de Lasalvia. Al anularse el decreto de cese, la Justicia habla para decir que ese decreto nunca existió. Todo vuelve al día previo.

El Dr. Lasalvia debería ser reintegrado al mismo cargo que aquel día ocupaba o a un cargo similar. En ese momento estaba en la Presidencia del país el Dr. Tabaré Vázquez. Es el  mismo Dr. Vázquez  que había proclamado tantas veces cuando habla la justicia sólo corresponde cumplir lo que ella expresa. Pero si así lo esperaban todos, como dice el Presidente se equivocó la paloma. Porque  sigue en el poder jurídico el Dr. Miguel Ángel Toma que había sido designado por el Dr. Vázquez  como Secretario de la Presidencia en sustitución del Dr. Gonzalo Fernández.  Es el mismo nombre que había defendido al Dr. Tabare Vázquez  de acusaciones simultáneas a las que iniciaron la persecución furiosa contra el Dr. Eduardo Lasalvia  y que hoy han sido demostradas ilegítimas y falsas.


Entones se hace una parodia de reintegro. Se reintegra  a Lasalvia sin reintegrarlo, se reconoce que hay que reintegrar con lo cual se intenta cumplir con la justicia pero se sustituye el reintegro con una mera nueva designación en un cargo de muy diferente categoría, en otro lugar de trabajo y con diferentes actividades técnicas. Lasalvia no acepta ocupar este cargo al  que nunca  aspiró y sigue esperando el reintegro dispuesto de hecho y derecho por la Justicia. El gobierno de Tabaré Vázquez dispone entonces  que Lasalvia  ha configurado la renuncia tácita por abandono del cargo que, .en realidad nunca ocupó y por lo tanto nunca abandonó.

Hasta aquí la crónica de los hechos.

Mis preguntas. Hoy yo, le preguntaría al Dr. Tabaré Vázquez con todo respeto como ex  director suyo que supo admirarlo como médico. Le preguntaría como colega y amigo que lo defendió públicamente cuando quisieron acusarlo inapropiadamente aunque lo acusara un miembro de mi propio partido político.

 ¿Por qué esta vez no se  escuchó  la voz de la Justicia? 

¿Por qué en la oncología que tan bien conoce el presidente de todos los uruguayos no se pudo corregir la herencia de abuso de poder que otros gobiernos cometieron?

¿O es que en realidad no fueron de otros gobiernos las vocaciones en programas  que refieren a la oncologia y a los oncólogos?

 

Y esto se   lo preguntaría yo al Dr. Tabaré  Vázquez, porque el Dr. Miguel Ángel Toma ha actuado siempre, ayer y hoy, defendiendo las vocaciones del hoy presidente. Y porque él y yo sabemos que en estos días  nada en la oncología oficial se decide en el Uruguay sin su opinión o la opinión de quienes  comparten fielmente sus vocaciones. Y porque él mismo me dijo que en este tema el responsable era él. En efecto, fue el Dr. Tabaré  Vázquez quien encomendó al Dr. Gonzalo Fernández en lo que éste llamó una operación especial para decirme a mí y a mi abogada  que el Dr. Toma quedaba afuera de esto y que el Presidente  sería quien lo decidiría. Yo propuse y Gonzalo Fernández recibió bien, mi intención de aceptar el reintegro al Instituto Nacional de Oncología en funciones técnico-científicas aun sin actividad como Director administrativo. Y lo que vino después fue esa fantochada de pretender que se me reintegraba sin reintegrarme. A otro hospital, sin tareas de responsabilidad alguna. Por lo tanto debo entender que es el mismísimo Presidente quien no quiere que se me reintegre, ni de portero,  al lugar de donde me expulsó arbitrariamente un presidente que se me dijo era arbitrario.

¿Por qué?

Sé que allegados al Presidente han dicho que no querían que ahora vaya yo a entorpecer los proyectos que están en marcha en la Oncología Nacional. El Dr. Vázquez  sabe que nunca he entorpecido programas justos y perfectos, tampoco los inspirados en el amor cristiano, mucho menos el avance científico, en fin no entorpecería ningún  proyecto que tenga al prójimo como objetivo. Pero sé que también sabe que no callaría ninguna crítica a todo programa que, por el contrario,  favorezca sólo intereses empresariales o políticos o de algunos, atacando las iguales posibilidades de las que el Dr. Tabaré Vázquez  y yo supimos disfrutar en un Uruguay de otros tiempos.

Entonces, si se presume que entorpecería proyectos en el Instituto Nacional del Cáncer y ese es el motivo de mantener la arbitrariedad y de no cumplir con la Justicia… ¿qué proyectos son los que yo sería capaz de entorpecer?

 

 

0 comentarios